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HOMILÍA - Vivo sin saber de mí

Pbro. Lic. Salvador González Vásquez | 18/07/2021 | 03:25

Si no sabemos vivir, es porque no nos conocemos ni a nosotros mismos. El hombre, sabe poco de si mismo; y por eso, siempre está expuesto a cometer errores.
 
Decía Max Scheler: “Tras una historia de ya más de diez mil años, estamos en una época en que,  por primera vez, el hombre es para si mismo un ser radical y universalmente problemático. El hombre ya no sabe quién es y se da cuenta de que jamás lo llegará a saber”. 
 
Desde Sócrates y hasta nuestros días, varios pensadores han coincidido, en que el secreto de la vida, está en el: “Conócete a ti mismo”. 
 
El que bien se conoce, sabrá cómo conducirse; y así es, como podrá entenderse, y comprender a los demás. 
 
Pero, el único que puede revelarnos lo que somos, es el Señor; porque Él, es nuestro pastor. 
 
El Evangelio de hoy, nos dice: “Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas” (Mc.6)
 
Hoy, como nunca, el hombre está perdido, no sabe  lo que quiere, ni tampoco sabe a  donde se dirige; y  todo, porque no se conoce a si mismo, ni sigue  al Buen Pastor.
 
Y la mejor manera de saber de nosotros, es buscando a Jesús. Porque Él, nos presenta el modelo  de lo que  es el hombre.
 
Dice el Papa Benedicto: “En los antiguos sarcófagos se interpreta la figura de Cristo mediante dos imágenes: la del filósofo y la del pastor…el filósofo era más bien el que sabía enseñar el arte esencial: el arte de ser hombre de manera recta, el arte de vivir y morir”. (Salvados en la Esperanza, 6).
 
Jesús, es quien nos descubre lo que somos, y nos enseña a vivir de mejor manera.
 
Más adelante dirá  Benedicto: “El nos dice quien es en realidad el hombre y qué debe  hacer para ser verdaderamente hombre”. (Salvados en la Esperanza,6). 
 
Dejemos que el Evangelio nos conduzca, porque así, podremos recuperar el gusto por la vida. 
 
Con Jesús, lo tenemos todo; y al ir confiando en Él, iremos recuperando  la paz. Ya lo dice el Salmo 22: “El Señor es mi pastor, nada me faltará”.
 
Pbro. Lic. Salvados Glez. Vásquez.
 
 
Evangelio del día
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 6, 30-34
 
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo:
«Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco».
 
Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer.
 
Se fueron en barca a solas a un lugar desierto.
 
Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.