En la búsqueda de un proceso democrático que lleve al país a encontrar el equilibrio social y económico parece estar lejos, nos encontramos en la realidad que la democracia no es ajena ni ayer ni hoy de la corrupción. El otorgamiento de la confianza a instituciones electorales se observó escandalosamente con fallas de estructura operativa y jurídica, la misma descentralización del poder, dio motivos para que estemos en muchos casos en el país sumergidos en la duda, si realmente votamos por quienes nosotros preferimos o simplemente fuimos objeto de un gran experimento de las nuevas formas de manejo electoral a modo.
El dinero y la democracia es la perfecta combinación para mantener un partido político, crearlo, desecharlo, estar de un lado o de otro según convenga a los dirigentes en turno. Un partido es el referente de como una institución pública se puede hacer de recursos públicos, para accesar al poder derrochador que otorga la ley en pos de las libertades.
¿Se podrá escapar a tan apetecible pastel? Una torta a la que no todos estamos invitados a deleitar, para eso, se requiere casi siempre no como una regla, pero casi siempre, a la conveniencia, la adulación y dispuestos a perder la esencia ideológica, por no decir la dignidad personal.
Si sumamos la corrupción que aparece en cada proceso electoral, estaríamos ante la afirmación que “la democracia multiplica la corrupción” no se ciñe a lo marcado por la ley, no solo se buscan recursos lícitos, sería lo deseable, parque las aportaciones ilícitas en ocasiones son tan altas que las expectativas ciudadanas se convierten en una oferta del mercado de la bolsa de valores, comprar acciones baratas, para subastarlas caras después.
La competencia entre partidos a desaparecido, por la comodidad de no competir, no se apuesta a postular los mejores candidatos, solo se subasta al mejor postor por dinero o por posicionamiento político, según para donde el aire sople beneficie al candidato y a la estructura partidista, pagar una candidatura a los dirigentes partidistas es más sencillo.
De la ideología ni hablar, el baúl de los recuerdos esta lleno de libros y anécdotas que nadie lee, es mejor mantenerlas escondidas las ideas y no usarlas, solo son el estorbo si se requiere dinero para ganar.
En el mundo, todas las democracias por la competencia feroz a los cargos de elección popular, dependen del dinero, la democracia imperfecta, para algunos es la libertad, para otros es el intercambio de los espejos con plata por de la dignidad de un apersona. Un mal que no se elimina, al contrario, crece en todos los países que se jactan de demócratas.
“No es un defecto del nacimiento de la democracia, es un mal congénito que acompaña al paciente hasta la tumba” José Antonio Aguilar, refiriéndose a el financiamiento de los procesos electorales mundiales y a la mexicana. “El caso mexicano es el doble, se viola sistemáticamente la ley que regula el financiamiento, usa el dinero legal y se abusa del ilegal”.
UNA COSA LLEVA A LA OTRA
“Sin la democracia no hay cambios verdaderos”, “sin este instrumento no crece un país”, “sin votos libres no tenemos gobernantes capaces y honestos”, “sin democracia no hay participación”, “sin democracia no hay justicia, no hay igualdad ni libertad”, “la democracia es la panacea de los males de una sociedad”, “vivir en ella es el estilo de vida más adecuado”, son algunas frases que desenvuelve el pensamiento de los deseos, pero la realidad que se vive es otra.
¿Quiénes de ustedes no se sintieron defraudados en los comicios locales? Cuando se escuchan en conversaciones de amigos, en el café y la cantina, no hay quienes no se reconozcan indignados por cómo sucedieron las cosas en nuestra tierra potosina.
A un mes de los comicios, se dan a conocer las denuncias presentadas por la alianza Si por San Luis en contra del partido Verde, entre ellas el excesivo gasto de campaña del candidato a gobernador Ricardo Gallardo, a su vez el PVEM denuncio ante la UIF a Octavio Pedroza por recibir dinero del gobierno de Tamaulipas, ambos denunciaron al PES y su candidato José Luis Romero por apoyos que otorgo en especie a comunidades huastecas y el uso del helicóptero. ¿Quién es responsable? ¿a quién se le castigará? Pecadores son todos y todos se aprovechan de lo endeble de las leyes para castigarlos, son leyes que se interpretan a consideración y a criterios poco convincentes del INE como primera instancia. Todos festejaban y le aplaudían, la organización y el despliegue humanos y material, pero cuando los resultados electorales no les favorecieron a unos y a otros, la institución fue señalada tendenciosa e ineficaz.
Lo cierto es que para alcanzar una competencia equilibrada y se tenga piso parejo, las reglas deben ser claras, leyes que se apliquen con rigor, campañas con auditorias permanentes durante el proceso, independientemente que el INE deba tener una refundación, sin la injerencia directa de los partidos políticos.
Del CEEPAC mejor ni hablar, oscuro, gris, ineficiente, a un mes de las elecciones no encuentra respuestas a su fracaso, siempre está a merced de las decisiones de gobernador en turno y esta no fue la excepción, la injerencia del ejecutivo nos lleva a tener un futuro incierto.
Nos saludamos pronto.
Oscar Esquivel
