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Y el fuego se apoderó de la Calle Hidalgo

Plano Informativo | 04/07/2021 | 02:28

Un día de febrero de 1982, los usuarios de la Calle Hidalgo vieron asombrados y presas del pánico, cómo el fuego consumía una parte del monumental edificio El Centro Mercantil, en donde se encontraba una popular zapatería.

 

Miles de pares de calzado se convirtieron en cenizas

La esquina que consumió el fuego fue la del Pasaje González Bocanegra y Calle Hidalgo.

 

Nadie sabe cómo empezó el incendio, pero lo cierto es que debido a que la mercancía que había en ese establecimiento era fácilmente combustible, parecía que algún tipo de magia o de efectos especiales avivaba las llamas.

 

El fuego salía por todas partes

Por los aparadores, cuyas vidrieras se rompieron debido al calor, salían las llamaradas y las columnas de humo que alimentaban el temor de los capitalinos que tuvieron la mala suerte de pasar por el lugar a la hora del desastre.

 

Las ventanas del piso superior eran bocas que escupían fuego una sí y otra también, y para cuando llegó el Cuerpo de Bomberos las pérdidas en la famosa zapatería ya eran totales.

 

Bomberos dieron una buena pelea contra las llamas

Los tragahumo subieron con sus largas escaleras hasta los techos de los inmuebles de enfrente del desastre para tratar de que el agua de sus mangueras llegara hasta el feroz incendio que consumía sin misericordia alguna, todo lo que había en el primer piso, luego de haber terminado con lo que había en la planta baja.

 

No faltaron los curiosos

Como siempre, algunos capitalinos se acercaron a la zona del desastre para observar con curiosidad no disimulada, lo que estaba ocurriendo, mientras otros más se alejaban tratando de protegerse contra la ferocidad del fuego.

 

Dijeron que fue un corto circuito

Los especialistas dijeron que había sido un corto circuito lo que desató el incendio, pero muchos no lo creyeron, sin embargo por tratarse de una versión oficial, se aceptó el dictamen pericial.

 

Por fortuna, de este voraz incendio no hubo víctimas que lamentar, solo incalculables daños materiales y el susto que se llevaron los vecinos y visitantes de la Calle Hidalgo, el día que ardió.