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Terrorismo a la mexicana

Oscar Esquivel | 26/06/2021 | 10:56

Entender las luchas ideológicas, como la palabra lo dice, viene de idea, algo que surge como el conjunto de ellas, caracteriza a las personas en la forma de conducirse en la sociedad, en las escuelas, en la religión, hasta en el mismo seno de la familia. Los pensamientos ideológicos son filosofías de vida, se forman desde que los individuos toman conciencia en su paso por este mundo. Desde niños se inculcan ciertas formas de pensar, sobre todo en el radicalismo ideológico dentro de las religiones sectarias, las doctrinas políticas llevadas al extremo, algunos casos culturales como las tradiciones colectivas de los pueblos.
 
El mundo cada vez se hace más radical, la polarización lleva a la imposición, nada de debilidades
con el contrario.
 
Equivocadamente se llega a pensar, de aquellos que viven en el fanatismo son personas sin estudios, que viven en la miseria, personas que simplemente carecen de afecto, esto no es así, lo vemos en los dirigentes, pastores, cabecillas, jefes, redentores, mecías, jerarca, patriarca, sinónimos relacionados con la protección de un padre a sus hijos, son hombres y mujeres con conocimientos sociales, políticos y religiosos, conocen de la debilidad del pensamiento individual y colectivo, aprovechan estas circunstancias para enredar al sus fieles seguidores, llevándolos a un mundo de neblina psicológica, convirtiendo todo su ser, en un ente manipulado, sin pensamientos propios, solo siguen las indicaciones de su guía espiritual.
 
El terrorismo nace y se reproduce como una plaga mundial, el terrorismo es un método radical, es la violencia premeditada, ejercida de manera directa contra no combatientes, sus motivos son políticos “la manera más practica de llegar al poder o estar en contra del poder” sus hechos violentos se dirigen específicamente a generar temor en la población. 
 
El terrorista estudia, planea, prepara con toda intención sus actos, sus fines son políticos, alcanzar el poder a costa de la muerte y el miedo, una línea muy delgada con los actos criminales que son motivos económicos los que llevan a cometer terror. Los objetivos “no combatientes” incluye a las fuerzas públicas armadas en posición de no defenderse. El terrorista utiliza métodos no convencionales para inferir el mayor daño social, físico y mental.
 
UNA COSA LLEVA A LA OTRA
La definición de terrorismo parece que a nuestro sistema político le cuesta trabajo establecerlo, en el articulo 139, impone penas a actos de índole terrorista, mas no define por si mismo al “terrorista”, solo a sus acciones, pero no al criminal. Si un acto delincuencial como lo ocurrido en Reynosa Tamaulipas no se juzga como un acto terrorista, ¿ante que estamos? seguramente los jueces sentenciaran a los culpables con penas ridículas, solo tomaran en cuenta “un asesinato perpetrado con alevosía y ventaja”, 25 años de prisión por ser delito común, cuando por lo menos seria 40 años por cada persona asesinada, es decir de por vida.
 
Es imperativo que los actos terroristas en contra de la población indefensa se vean como tal y no un acto criminal común. Los grupos del crimen organizado mexicanos han rebasado esa línea criminal entre lo común y el terror, las ejecuciones, decapitaciones, disolución de cadáveres con ácido, colgados en puentes vehiculares, emboscadas a las fuerza públicas, amenazas contra medios de comunicación locales y asesinatos de periodistas, ocasiona en algunos lugares del país un éxodo masivo de personas en busca de refugio, se convierten en desplazados en su propio país ante el acoso de grupos criminales.
 
El terror no acaba, 109 ¡si, ciento nueve candidatos! a diferentes puestos de elección popular, fueron asesinados, algunos por el crimen organizado y otros por sus contendientes. El caso que ha cobrado relevancia fue el asesinato del candidato del partido Movimiento Ciudadano, Rene Tovar que se postulaba a la presidencia municipal de Cazones de Herrera en Veracruz, dos días antes de la elección del 6 de junio, fue brutalmente asesinado, así gano las elecciones con una diferencia del casi el 50% de su más cercano contendiente, días después su coordinador de campaña y sustituto del candidato muerto, recibió la constancia de mayoría que lo hacía presidente municipal electo, lo que no se sabía y ya con las investigaciones Omar Ramírez Fuentes “el coordinador” fue detenido por su participación en el crimen del candidato. Este infame sujeto traidor, como abundan en la política, es un ejemplo de líneas de investigación para otros casos.
 
La justicia y la democracia están en peligro, generan incertidumbre, resquemor, miedo; la justicia es flácida, gelatinosa no es consistente ni empática, recovecos le ganan a su impartición, sus actores, no son más que títeres del poder público, los corrompe, envileciendo la impartición de justicia. Por otro lado, también lo son los legisladores, hacen, dictan y modifican leyes en las rodillas, no conocen el recato, ni la decencia para hacer leyes, primero hay que ser empáticos con los ciudadanos y con las víctimas, parece que las leyes y sus reglamentos se hicieron para perdonar a los criminales “mantener el debido proceso, antes que encarcelar a un asesino”.
 
Y la democracia, es la rama del árbol que tiene la sociedad para elegir a sus gobernantes, en estas elecciones se tiñeron de sangre, de corrupción, el espíritu democrático del ciudadano se vio violado por la avaricia de poder de los partidos políticos, no se conformaron con los miles de millones que recibieron como prerrogativas, era obtener el poder a toda costa.
 
La sociedad mexicana enmudeció y siguió su vida como si nada paso.
 
El terrorismo de estado también se presenta en la negligencia de no frenar las desapariciones forzadas en manos del policía o el ejército, pero también ¿será terrorismo de estado dejar sin medicamentos contra el cáncer a personas enfermas? La ineptitud es una clase nueva de terrorismo del estado.
 
Nos saludamos pronto.
 
OSCAR ESQUIVEL