El Gobierno polaco acusó este viernes a Rusia "de manera inequívoca" de los ciberataques que la semana pasada afectaron a "varios ministros, diputados y políticos prominentes de diversas opciones políticas".
El vicepresidente del gobierno polaco, Jaroslaw Kaczynski, señaló en un comunicado que, tras contrastar la información de la Agencia de Seguridad Interna y el Servicio de Contrainteligencia Militar, se puede "afirmar de manera inequívoca que el ciberataque se llevó a cabo desde el territorio de la Federación de Rusia".
Kaczynski, líder del principal partido gubernamental, aseguró que "el alcance y la escala" del incidente "son amplios" y expresó su voluntad de informar del suceso a los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE) en una reunión el próximo lunes en Luxemburgo.
El portavoz del gobierno, Piotr Müller, advirtió el pasado miércoles de que la clase política polaca podría ser objeto de un ataque de desinformación en las próximas semanas.
El portavoz del ministro coordinador de los servicios secretos, Stanislaw Zaryn, afirmó el jueves que Polonia es un objetivo constante de agresiones informáticas con origen en Rusia.
La semana pasada, el jefe de la Cancillería del primer ministro, Michal Dworczyk, informó en sus redes sociales de que su correo electrónico y el de su esposa habían sufrido un ataque informático y aclaró que "no había información clasificada, patentada o secreta en el buzón electrónico" afectado.
A raíz de estos hechos, se ha sabido que el primer ministro polaco y varios miembros de su gabinete han venido usando cuentas de correo comerciales para comunicaciones y gestiones oficiales, en lugar de las cuentas proporcionadas por la agencia de seguridad informática del Estado.
El pasado miércoles se celebró una sesión a puerta cerrada en el parlamento polaco para informar a los diputados del alcance y características del ataque informático, así como para darles instrucciones preventivas para evitar nuevas intrusiones en sus sistemas informáticos.
Antes de iniciar la sesión parlamentaria secreta, se pidió a la prensa que abandonase el hemiciclo, se retiraron los móviles y aparatos eléctricos, así como los maletines y bolsos de los parlamentarios, y se desconectaron las redes inalámbricas y teléfonos fijos.
Hacía más de siete años que no se convocaba una sesión del congreso bajo tales circunstancias.
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