Segoviano y difamaciones pasadas

Sí, como todo parece indicar que la denuncia del candidato gubernamental independiente Arturo Segoviano contra el secretario de finanzas Daniel Pedroza Gaitán por supuestos desvíos millonarios con el fin de canalizarlos a la campaña de su hermano y candidato a gobernador por la coalición: “Sí por San Luis” Octavio Pedroza Gaitán terminará por irse al cesto de la basura por ausencia de fundamentos, dicho lance pasará a formar parte de las numerosas difamaciones que se han registrado en campañas electorales por la gubernatura en años pasados, desde luego, como fue el caso con el fin de perjudicar a uno de los competidores más fuertes a costa de pretender dañar su prestigio de personas y políticos honorables involucrando a terceros ajenos a la campaña como evidentemente, fue la intención de ese personaje y del episodio en sí.

Luego de que en el debate en el que anunció su acusación y prometiera presentar pruebas este lunes al ser buscado por los reporteros para que las mostrara el independiente salió con que por la “secrecía” en las investigaciones no las podía ofrecer en lo que parece ser el principio del derrumbe del tinglado armado a efecto de desgastar a OPG  y favorecer el avance de otro candidato cuyo nombre es ocioso citarlo pues todos los potosinos de inmediato se percataron de la maniobra.

En este sentido, queda claro que el golpe del independiente fue al vacío en virtud de que si por algo son conocidos los hermanos Pedroza es precisamente por su honestidad como lo refleja la trayectoria de ambos y su hoja de servicios en los cargos que han desempeñado, basta con preguntarlo a alguien que los conozca medianamente para comprobarlo.

Así entonces el lance de Segoviano, insistimos se agrega a las grandes difamaciones que se han imputado a candidatos en plena campaña electoral, entre los que se puede citar, para empezar, el escándalo aquel en la contienda electoral entre el entonces candidato panista Alejandro Zapata Perogordo y su contrincante era por el PRI Fernando Toranzo con el montaje de que el hijo del blanquiazul había llegado a Tamazunchale a bordo de un helicóptero con un portafolios repleto de dinero para la compra de votos, versión que ocupó gran parte del principal noticiero nocturno de televisa lo que nunca se comprobó y no quedó más que en un colosal difamación que obviamente afectó a AZP.

Otra acción que quedó en ese nivel pese al gran ruido mediático que generó fue la detención el 2015 del entonces candidato gubernamental Ricardo Gallardo Cardona bajo cargos que aunque lo llevaron a prisión a fin de cuentas fue exonerado por fallas en el debido proceso.

 Si nos remontamos  poco más de dos décadas atrás también pasó al registro de las difamaciones la imputada en la etapa de campaña electoral a Fausto Zapata Loredo cuando las fuerzas opuestas por medio de panfletos le crearon fama de persona con inclinaciones sexuales diferentes cuando todo mundo sabe que se casó tres o cuatro veces lo que no quitó que se viera perjudicado y esa difamación atizara la animadversión ya fomentada en su contra dirigida a desplazarlo de la gubernatura lo que a poco de haber llegado ocurrió.

Por ello hay mucha gente que piensa que con su acción Segoviano parece haber acudido a aquello de que: “difama que algo queda” aunque todo deberá aclararse finalmente.