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Hoy, volvemos a vivir (Homilía)

Plano Informativo | 04/04/2021 | 01:54

Todos buscamos una vida  mejor. Pero bien sabemos, que esta vida nunca será perfecta. Y sin embargo, siempre  luchamos por mejorar la existencia.

 

Y por mucho esfuerzo que hagamos, será imposible tener una vida excelente; porque donde hay hombres, la vida no es perfecta.

 

Por eso, es necesaria la resurrección; ya que, con ésta, todo alcanza su estado de perfección.

 

El que Cristo haya resucitado, nos devuelve la esperanza de vivir en un mundo mejor. Y eso, nos garantiza, el retorno al paraíso.

 

La resurrección de Jesús, alienta en nosotros el anhelo de obtener una vida perfecta, donde ya nada nos falte.

 

Y hoy, que celebramos el encuentro del sepulcro vacío, nos alegra la noticia de que ya no hay muerte; porque Cristo está vivo.  

 

La muerte no es lo definitivo, ésta no tiene la última palabra; porque después vendrá la resurrección, es decir, la transformación de esta vida que muere, en una vida inmortal.

 

Después de la resurrección, nuestra vida se verá libre de temores, de dolor y sufrimientos. Porque todo ésto, será vencido por Cristo.

 

Vale la pena vivir, sabiendo que lo malo ha de pasar, incluso la muerte; y después de está vida, empezaremos a vivir una vida  excelente.

 

Ya lo dijo San Pablo: “Si solamente para esta vida tenemos puesta nuestra esperanza en Cristo, ¡Somos los más dignos de compasión de todos los hombres!”.(1Cor.15,19).

 

Nuestra esperanza, va más allá, de  este mundo. Hay que poner la mirada en lo que está fuera del tiempo y del espacio. 

 

Porque si todo lo esperamos de  esta vida,  entonces viviremos  falsas ilusiones, y pobres expectativas.

 

Hoy, también dice San Pablo: “Pongan todo el corazón en los bienes del cielo, no en los de la tierra, porque han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios”.(Col.3).

 

Jesús ha resucitado, para devolvernos la esperanza de seguir viviendo. En Cristo, está escondido el tesoro de la vida, pero hay que buscarlo; busquemos la vida feliz, la verdadera vida.

 

Celebremos con júbilo, la Pascua de Cristo, el paso de la muerte a una vida maravillosa; la vida que Dios tiene reservada, para los que son amados por Él. ¡FELICES PASCUAS!

 

Pbro. Lic. Salvador González Vásquez

 

Evangelio del día

 

Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 1-9

El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.

 

Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:

 

«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».

 

Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró.

 

Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte.

 

Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.

 

Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.