Jueves 25 de Abril de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.
autos y motos

Se vende en una fortuna El Porsche de Pablo Escobar

GQ / Foto: GQ | 23/03/2021 | 02:25

Para nadie es un secreto que Porsche vale su peso en oro. No es para menos, la firma alemana se ha ganado el prestigio del mundo automotriz a pulso, permitiéndole muchas veces tasar sus autos en cantidades estratosféricas.

 

Sensato sería imaginar que uno de los autos que presume el honor de ser uno de los Porsche más caros de todos serían sus nuevos modelos, como el alucinante Porsche Taycan, sin embargo, ni su valor de más de 3 millones de pesos lo hacen acreedor a esa distinción.

 

Un Porsche propiedad de Diego Armando Maradona alcanzó en una subasta: 578 mil dólares, algo así como unos 12 millones de pesos. 

 

Si bien se trata de una cantidad de dinero muy elevada, lo cierto es que no es nada en comparación con los 45 millones que piden por el Porsche 911 RSR que fue propiedad de Pablo Escobar.

 

¿Por qué es tan caro este 911?

La opulencia era una característica del capo colombiano, quien llevó lujo a cada ámbito de su vida, incluida su bien sabida pasión por la velocidad.

 

Luego de debutar a principios de los 70 como piloto a bordo de un modesto Renault 4 y posteriormente de un Simca 1000 Rallye, Escobar supo que si quería despuntar en la pista tenía que hacerlo de la mano de un auto que fuera sinónimo de triunfo, así años más tarde adquirió su famoso Porsche 911 RSR que a su vez fue manejado por la leyenda de las carreras: el brasileño Emmerson Fittipaldi.

 

Más allá de haber sido propiedad de dos hombres tan diametralmente opuestos como influyentes en sus respectivos rubros, este bólido tiene muchas más bondades que avalan los 2 millones 200 mil dólares (más de 45 millones de pesos, de acuerdo con el cambio actual) que Atlantis Motor Group en Florida, Estados Unidos, pide por él.

 

La razón más poderosa, además de su peculiar historia, es que solo existen 15 unidades de este rarísimo "nueve once" en el mundo, volviéndolo invaluable al momento.

 

En 1974, la Carrera Internacional de Campeones (IROC, por sus siglas en inglés) tenía en mente reunir a 12 pilotos de diferentes disciplinas de conducción a correr con autos idénticos para ver quién era el mejor de todos. En esa primera edición, el Porsche 911RSR fue creado específicamente para ese propósito.

 

A la firma alemana se le encargó fabricar 15 unidades, 12 de ellas para los conductores y 3 de repuesto. De todas ellas, el auto color beige sahara fue el que se le asignó a Fittipaldi, quien venía de ganar en 1972 el Campeonato de la Fórmula 1, título que también conseguiría el año que manejo este auto. En la competencia, el piloto brasileño logró la pole position en la carrera inaugural, pero las penalizaciones no le permitieron brillar como hubiera querido.

 

Años después, el Porsche 911 RSR continuó devorando asfalto, ahora en competencias de largo aliento como las 12 Horas de Sebring y las 24 Horas de Daytona.

 

Su desempeño era bestial, pero después de Fittipaldi no tuvo la dicha de ser manejado por manos tan diestras como las del ex Fórmula 1. Eso no fue un impedimento para que Pablo Escobar se fijara en él. El colombiano lo uso en contadas ocasiones hasta que tuvo que retirarse del ojo público al convertirse en uno de los hombres más buscados por la justicia.

 

Cuando el narcotraficante murió, las autoridades confiscaron todos su bienes, incluido el Porsche 911 que volvió a Estados Unidos gracias a que Roger Penske, el propietario de Penske Racing, lo compró y lo restauró totalmente para devolverle la decoración original con la que corrió en su momento Fittipaldi.