Miércoles 24 de Abril de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Lo que sería una campaña y lo que es un espectáculo

Pedro Cervantes Roque | 18/03/2021 | 21:51

El denuesto, la mentira, la presunción y, a veces, la acusación sin pruebas han sido el material de uso más frecuente entre quienes aspiran al cargo de gobernador. Pero entre quienes buscan ser diputados locales, diputados federales o presidentes municipales, la cosa no es muy diferente. El uso de las redes sociales a través de las cuales se difunden mensajes y transitan intercambio frecuente de señalamientos francamente deplorables, no augura, por ahora, que los aspirantes a la gubernatura, las siete diputaciones federales, las 27 diputaciones locales o las 58 presidencias municipales vayan a presentar en conjunto tantos proyectos estatales como alianzas y partidos hay en esta contienda.

Las ofertas de seguridad pública, de vivir sin miedo, de resolver algo al menos, son ofertas que solamente cambian cuando el enfoque ideológico se modifica. Podríamos decir que este es un proceso electoral en que no habremos de conocer un proyecto bien fincado, finamente acabado, y que lo más que podemos esperar es que quienes lleguen a ocupar los cargos antes mencionados se olviden de sus promesas de campaña porque no hemos escuchado más que esbozos y, en serio, una forma de acometer el trabajo electoral que va del muy serio pero incompleto, hasta el chusco que se parece más a una burla de frente al electorado.

Los espacios comunes en la oratoria de los candidatos, repito, se diferencian cuando el enfoque se matiza con ideologías, pero eso no alcanza a convencer a los electores, cuyo promedio de edad está entre los 25 y los 50 años y con un promedio de escolaridad de segundo de secundaria. No obstante, estarán ustedes de acuerdo en que la tarea de presentar una oferta verdadera y digna ante ese conjunto de ciudadanos reclama, de inicio, que sea compartida por todos quienes forman parte de un partido y de una postulación conjunta de hombres y mujeres para siquiera pretender una respuesta en las urnas.

Por eso es lamentable ese intercambio de descalificaciones en que suelen introducirse los aspirantes cuando se saben rebasados, por el contrario, cuando no tienen otra explicación que dar que la de ponerle una zancadilla a quien parece tener mejores opciones, etcétera. Los bailes, las palabras altisonantes, forman parte de un guion llamativo pero hueco. Ninguna confianza despierta una persona que usa el histrionismo para interpretar un personaje con lamentables resultados. Así, digo, no se puede hacer una contienda electoral pero tampoco un festival de parodias.

En el pasado hubo personajes que se distinguieron por su fino sentido del humor ante los hierros de los adversarios, que usaron la parodia para ilustrar pasajes de nuestra vida política con relevante destreza, cuyos resultados electorales no siempre fueron los que ellos esperaron. Hace tiempo que la disputa del poder dejó los entarimados placeros para convertirse en un recorrido con encuentros cercanos, hoy limitados por la emergencia sanitaria. El discurso dejó la oratoria para expresarse y ganar la confianza con un lenguaje sencillo y coloquial. Ora falta que estos cambios se vean reforzados con proyectos bien fincados, con promesas que puedan materializarse en un plazo razonable, y con enlaces confiables entre un candidato y las urnas. Sea pues.

pedrocervantesroque@yahoo.com.mx