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CAUSAS JUSTAS

Oscar Esquivel | 13/03/2021 | 16:56

Entender las luchas donde se tiene la creencia que son asunto de otros, problemas lejanos que no nos atañen, causas solo de los pobres… tienen condición de pobres, en lo material y espiritual.

Cuando fallece un ser querido de una familia ajena a nosotros, tal vez conocidos, nos lamentamos unos segundos para olvidar después el acontecimiento y dar por terminado el asunto, si se trata de nosotros, el dolor es inmenso, que quisiéramos ser arropados por cuanto familiar, amigo, o conocido nos pudiera abrazar y condolerse de nuestro sufrimiento.

Hay algo que impide que la colectividad se haga responsable de asuntos que importan a todos, miramos para otro lado, siempre y cuando no toque nuestros intereses, estamos íntimamente ligados a la individualidad, tanto que provoca una especie de rechazo para aquellos que realizan actos extraordinarios por el bien de la humanidad. Existen organizaciones que realmente sus miembros se abocan a prestar servicios comunitarios, sin mostrar ningún interés de carácter político, religioso o hasta sectario, lo hacen de buena fe sin esperar recompensa alguna.

Son hombres y mujeres que en ocasiones se juegan hasta la vida con tal de formar una sonrisa en un niño que durante días no come, la desnutrición no le permite llevar una vida de niño, que juega, brinca, sueña.

Las causa justas, no siempre llevan un buen mensaje, vivimos entonos muy violentos, donde en cada página de algún medio, hace notar la vorágine de sangre como algún ciudadano de “a pie” que falleció a causa de una bala perdida por la mala fortuna de encontrarse en el lugar equivocado, en los momentos de una refriega entre civiles del crimen organizado. Existen voces que apoya la labor “altruista “de los carteles, argumentando que llevan alimentos, ropa, a lugares lejanos y pobres, donde ninguno de los gobiernos por su incapacidad de entender los problemas ha podido erradicar el hambre y la miseria.

Hace días vimos imágenes donde campesinos de la sierra del Estado de Guerrero, sin armas, mujeres, hombres, jóvenes adolescentes, impidieron que la Guardia Nacional cortara y quemara cientos de sembradíos de amapola. Entonces el hombre que falleció en fuego cruzado ¿murió por causa justa? ¿La pobreza justifica el narcotráfico? Son preguntas que todos en colectivo incluyendo a los gobiernos, deberíamos hacernos. Es solo un ejemplo de lo importante de reconocer, analizar ¿qué y cómo? podemos apoyar alguna causa de un movimiento.

Las exigencias de justicia como la impunidad, genera el sentimientos de rabia, impotencia, desilusión, se vuelve un estado permanente psicológico de frustración, con el tiempo desembocara en violencia hacia los demás y así mismo, violencia que se amparará en una causa o escusa, tal vez, en el regaño aun hijo, al ejercicio de la violencia intrafamiliar, donde sea, inequívocamente la violencia aparecerá, con tal de sacar la furia que se lleva dentro, a causa de la impunidad, ¡ah! pero también la lenta impartición de la justicia, el tortuguismo de los jueces que no desquitan su 300 mil peso mensuales. Un ejemplo triste para la historia de este país, los niños de la guardería ABC de Hermosillo Sonora, han pasado 11 años y la justicia aún no llega, los padres solicitaron revocación de sentencia, ya que solo a los culpables del incendio de la bodega de neumáticos a un costado de la guardería, fueron sentenciados a solo 3 años de prisión.

49 Pequeños dejaron este mundo por la negligencia miserable de funcionarios del IMMS en tiempos de Felipe Calderón, por fortuna después de un viacrucis de más de una década, se dictó  prisión preventiva a los dos responsable de esta tragedia, que si no fuera por la corrupción y la impunidad, todo se hubiera evitado y hoy tendríamos a los niños con vida.

UNA COSA LLEVA A LA OTRA.

Recién paso el Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo, cuya fecha debe quedar grabada en la memoria colectiva como un recuerdo permanente… todos somos iguales, mujeres y hombres. Los dos géneros deberíamos tener las mismas oportunidades de desarrollo, igualdad no significa renunciar a nuestras sustancias masculinas o femeninas, es reconocer la importancia de llevar juntos y en armonía, las fuerzas para lograr un mundo más próspero.

Locas, mamarachas, machorras, feminazis, golpeadoras, esquizofrénicas, vándalas, lesbianas, marranas, mojigatas, asesinas…muertas, despedazadas, abandonadas, golpeadas, castigadas, mal pagadas, sin número de adjetivos para las mujeres, no en su día, muchas lo sufren todo el año.

Los hombres representamos aquello que hace permisible el sufrimiento diario de las mujeres, la masculinidad la convertimos en machismos, somos rehenes de nuestra propia anquilosada y absurda formación superior, de fuerza bruta y no de mentes proclives a entender el acompañamiento femenino.

Si bien hay excesos de violencia y destrucción de las cosas, por la rabia y el malestar del sufrimiento femenino, queriendo emular precisamente la violencia infringida por un macho que las ultrajo como unos objetos inservibles, también existen mujeres con excesos de cultura, ciencia, arte, trabajo comunitario, belleza interior, amor exterior, enseñan, dejan huella.

A pesar de todo, las mujeres, debe hacerse acompañar de aquellos hombres que se identifiquen con sus movimientos, sus gritos de ¡basta! Con la razón que les asiste de hartazgo, hay que reconocer aliados de lucha e identificación. No todo es negro, también existen coincidencias entre hombres y mujeres, vivimos en el mismo mundo como para no reconocernos el uno a otro.

LA MANIPULACION

Los candidatos proponen y la mujer dispone, una cosa que los ungidos candidatos, realicen propuestas en pro de la mujer, derechos, conquistas, y otra cosa, que las conviertan en objetos propagandísticos, todos hacen lo mismo. La mujer no debe permitir esta clase de actos políticos electorales, ni en su día ni ningún otro.

El movimiento feminista debe alejarse de cualquier manifestación político-partidista, es y debe ser como lo hace la gran mayoría de las mujeres por convencimiento propio, que ¡sí! se puede lograr un cambio para lograr la equidad de género.

Nos saludamos pronto

OSCAR ESQUIVEL