Las diademas, lazos y cintas para la cabeza suelen ser muy lindas y se tienen como accesorio cuando hay una bebé en casa. En ocasiones se hace juego con su ropa con el objetivo de que la pequeña criatura luzca más adorable. Sin embargo, dichos accesorios pueden ser muy peligrosos e incluso mortales para las menores de edad.
La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, refiere que la gran mayoría de recién nacidos tienen lo que popularmente se llama “mollera”. Una curvatura hacia adentro del punto blando de la cabeza, a lo que se le denomina fontanelas hundidas.
Al momento de nacer los huesos del cráneo no están unidos de manera firme. Lo que permite que la cabeza cambie de forma al atravesar el canal de parto. Después de dos a 19 meses del nacimiento, los huecos se cierran por completo.
Las diademas, lazos y cintas para la cabeza suelen ser muy lindas y se tienen como accesorio cuando hay una bebé en casa. En ocasiones se hace juego con su ropa con el objetivo de que la pequeña criatura luzca más adorable. Sin embargo, dichos accesorios pueden ser muy peligrosos e incluso mortales para las menores de edad.
La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, refiere que la gran mayoría de recién nacidos tienen lo que popularmente se llama “mollera”. Una curvatura hacia adentro del punto blando de la cabeza, a lo que se le denomina fontanelas hundidas.
Al momento de nacer los huesos del cráneo no están unidos de manera firme. Lo que permite que la cabeza cambie de forma al atravesar el canal de parto. Después de dos a 19 meses del nacimiento, los huecos se cierran por completo.
Se ha demostrado que el uso frecuente e inadecuado de las cintas y bandas para el cabello en los bebés aumenta la presión sobre el cráneo y el cerebro, incrementando así el riesgo de desarrollar alteraciones o malformaciones craneoencefálicas tempranas. Lo que sucede es que los bebés nacen con las fontanelas abiertas, un mecanismo natural que favorece el desarrollo y crecimiento del cerebro, pero que a su vez resulta muy peligroso ya que expone al cerebro a posibles lesiones, señaló el portal especializado Etapa Infantil.
Riesgo de reflujo gastroesofágico
La presión que ejercen las cintas y bandas demasiado ajustadas sobre el cerebro del bebé también puede afectar su adecuado funcionamiento gástrico. Lo que sucede es que estos accesorios comprimen el nervio vago, que pasa muy cerca del foramen yugular y que se encarga de regular muchas de las respuestas sensitivas y motoras del intestino. Se ha demostrado que comprimir con frecuencia este nervio aumenta el riesgo de padecer reflujo gastroesofágico, que a su vez puede provocar acidez estomacal y problemas digestivos.