COALICIONES O ALIANZAS DEJARON DE FUNCIONAR

Las coaliciones y las alianzas dejaron de funcionar en San Luis. Ahora son, si acaso, uniones libres. Son, pero no están.

Las primeras elecciones bajo el sello de la 4T no son, como se asegura, un desorden. En sus primeras etapas han sido una demostración de controles extremos frente a los gritos y sombrerazos que se dieron cuando las líneas centrales comenzaron un trazo inquietante para quienes creyeron que el panorama político en México de veras correspondía a la esperanza de los mexicanos. Su militancia pensó que la convocatoria para el registro de aspirantes era el marco de respeto a la forma de acceder al poder nada porque atrás de los documentos entregados había firmas suficientes para acreditarlos. No percibieron que en toda acción política hay, siempre, un conjunto de valores políticos a negociar entre partidos y aspirantes.

Francisca Reséndiz Lara todavía no está consciente que no ofrece a su partido las cualidades indispensables para gobernar su estado natal. No es cosa de que Morena le haya traicionado, sino que el partido no se dejó sorprender para tener los resultados que busca en cada uno de los cargos que están en juego ahora.

Está claro que la valoración de los aspirantes fue la base de la selección que condujo a la doctora Mónica Liliana Rangel a la candidatura. Un efecto inmediato fue la separación de figuras destacadas en la estructura estatal de Morena, para irse con el Partido Verde para fortalecer al todavía diputado federal Ricardo Gallardo Cardona.

Pero la desbandada no solamente afectó a Morena, también al PAN. Sonia Mendoza se llevó a su gente para el Verde con Gallardo y se afirma que negoció una posición plurinominal para ocupar una diputación federal por ese partido.

Algo debió sentir Octavio Pedroza Gaitán cuando se enteró de los sucesos. No se le vio operando ni ha dado a conocer su plan de trabajo. En realidad, la dirigencia estatal de Acción Nacional ha perdido de tal forma el control de sus militantes, que pudiera darse el caso de que los operadores de Sonia y los de Leonel Serrato marcaran la diferencia en las zonas donde el PAN tenía puestas sus esperanzas.

Este es un pésimo espectáculo a los ojos del electorado. Ningún partido o alianza se ha preocupado por responder con calidad a las expectativas de los electores. Los ciudadanos consideran que las divisiones ocurridas no forman parte de los deseos de una masa de electores que quiere conocer proyectos para resolver los problemas económicos, sociales y del desarrollo casi nulo en que se encuentran más de la mitad de los municipios potosinos. Sin esas propuestas, los que brincaron los procesos internos o los que están por brincarlos, se toparán con pared. Ni modo.

Es evidente que Morena juega en doble pista. También lo es que los mandos políticos estatales tienen una triple salida. Falta, pues, ver qué resultados finales tendrán.

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