RESULTA MUY LAMENTABLE QUE a estas alturas, un nuevo partido político como Morena, que era la esperanza de millones de mexicanos, esté atravesando por una situación tan complicada como el ponerse de acuerdo para sacar adelante un proceso interno donde tendrían la gran oportunidad de colocarse como una verdadera alternativa en San Luis Potosí de cara a las elecciones del 6 de junio.
SI BIEN ES CIERTO QUE EN LAS últimas semanas hemos observado cambios en la convocatoria para elegir a su candidata a la gubernatura del Estado, también es cierto que algunas de las 18 participantes han dejado mucho qué desear hacia la militancia y aquellos que simpatizan con este instituto político.
ADEMÁS NO PODEMOS SOSLAYAR que todas las aspirantes tenían pleno conocimiento de las reglas del juego, como para que ahora saquen a relucir sus pobrezas electorales y buscar obtener lo que no tienen en el ánimo de los ciudadanos, por la falta de apoyo o simpatías de sus propios militantes e incluso de la población en general.
RECIENTEMENTE PUDIMOS conocer los resultados de la encuesta que aplicó el Comité de Elecciones de Morena, donde quedó plasmado claramente quiénes de las aspirantes tienen la verdadera posibilidad de ser competitivas para encabezar la candidatura oficial a la gubernatura del Estado. Es claro que no se trata de favorecer a nadie con estos comentarios, sino reflexionar y colocar a cada quién en el lugar que le corresponde, desde la más humilde opinión personal.
SIN PRETENDER HERIR susceptibilidades, sólo referimos que lo que indicó la encuesta de Morena la ex titular de la Secretaría de Salud, Mónica Rangel, se colocó en el primer lugar en conocimiento y percepción de los encuestados, mientras que la ex titular del Registro Civil, Lucy Lastras, alcanzó el segundo lugar; el tercero fue para la ex funcionaria del SAT, Paloma Aguilar; y un cuarto lo ocupó por mucha diferencia la ex dirigente sindical Francisca Reséndiz.
PARA ALGUNOS CONOCEDORES DEL tema, la postura de ofender, denostar y descalificar que ha venido adoptando la combativa Francisca Reséndiz en contra de sus propias compañeras, así como de las dirigencias estatal y nacional, hablan de la verdadera intensión de esta aspirante, pues de entrada pareciera que sólo busca obtener una candidatura a costa de lo que sea, aún y a pesar del costo político que le puede representar al partido que busca encabezar mediante una candidatura que al parecer no obtendrá por la falta de apoyo de militantes y simpatizantes.
DESDE ESTE MISMO ESPACIO, LO veníamos advirtiendo, Morena puede perder la gran oportunidad de alcanzar la gubernatura de San Luis Potosí, sin embargo actitudes como las que se han venido viviendo al interior de este instituto político, los deja muy mal parados e incluso olvidándose de los verdaderos principios e ideales de lo que verdaderamente representa la Cuarta Transformación.
DE ENTRADA RESULTA MUY favorable la actitud que han asumido algunas de las aspirantes, como Paloma Aguilar y Lucy Lastras, quienes han señalado que independientemente del resultado del proceso interno, se debe apoyar a quien resulte elegida, lo cual habla de la madurez y responsabilidad que deben asumir como verdaderas participantes. Además han dejado en claro que no están en contra de la ex titular de Salud, Mónica Rangel, sino de los mecanismos en el proceso y los intereses ajenos a este instituto político.
OJALÁ QUE PREVALEZCA LA mesura y responsabilidad política y se evite denostar o descalificar a las personas que buscan alcanzar, bajo las mismas circunstancias, la candidatura a la gubernatura, porque lejos de que sea la doctora Mónica Rangel, primero debe haber un respeto hacia su persona como mujer, tomando en cuenta que se podría romper la delgada línea para hacer suponer que en Morena se está incurriendo en “violencia política”, así de simple.
INSISTIMOS EN SEÑALAR QUE NO es con pataleos, manifestaciones, movilizaciones, o descalificaciones como se debe alcanzar una candidatura, independientemente del partido político que sea, porque lo más importante es privilegiar el respeto y asumir con responsabilidad el formar parte de aquellos potosinos o potosinas que están comprometidos con el fortalecimiento de la democracia y sobre todo, con mantener una gobernabilidad que no puede ponerse en riesgo, por caprichos o intereses políticos partidistas.