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¿Quién es Aung San Suu Kyi, lideresa de Myanmar?

Agencia Reforma | 06/02/2021 | 17:58

Aung San Suu Kyi obtuvo el Nobel de la Paz, luego defendió al Ejército de las acusaciones de genocidio contra rohinyás. Te contamos quién es la lideresa depuesta de Myanmar.
 
¿Quién es Aung San Suu Kyi?
 
Alguna vez comparada con Nelson Mandela o Martin Luther King, la Premio Nobel de la Paz Aung San SuU Kyi, recientemente depuesta del poder por un golpe de Estado, ha empañado su imagen como ícono más resplandeciente de la democracia en Myanmar -país también conocido como Birmania-, acusada de defender a los militares y minimizar la campaña genocida contra la minoría musulmana rohinyá.
 
Vida en el exilio
 
Aung San Suu Kyi creció en una familia que pertenece a la nobleza política del país porque es hija del General Aung San, el héroe de la independencia birmana que fue asesinado cuando ella solo tenía 2 años.
 
Parte de las negociaciones llevadas a cabo por el General condujeron a Birmania a independizarse del Imperio Británico, en 1947, aunque el Gobierno instaurado fue derrocado en 1962 por un golpe militar.
 
La muerte de Aung San trasladó la vida su mujer e hija a la india, donde Suu Kyi cursó la universidad y aprendió a hablar 4 idiomas: Birmano, Japonés, Indio e Inglés.
 
Después, la vida de Suu Kyi transcurrió entre Londres y Nueva York, donde formó una familia con el doctor británico Michael Aris, con quien tuvo dos hijos.
 
En busca de la democracia
 
Después de pasar 28 años en el extranjero, Aung San Suu Kyi regresó a su patria en 1988, cuando las protestas a favor de la democracia, que dejaron miles de muertos, estaban estallando en todo el país. A los pocos meses, pasó de ser una ama de casa a convertirse en la lideresa del movimiento.
 
Ese mismo año, ella y otros líderes a favor de la democracia formaron la Liga Nacional de la Democracia (LND), un partido político que pedía el fin del régimen militar.
 
"No podía, como hija de mi padre, mantenerme indiferente a todo lo que pasaba".
Aung San Suu Kyi durante su primer discurso en 1988, considerado como su entrada en la política.
 
Sin embargo, la junta militar ordenó su arresto domiciliario en 1989, después de lo cual su partido ganó las elecciones pero los resultados fueron ignorados por la dictadura.
 
Durante su detención, que duró 15 años en una villa en Rangún, Suu Kyi mantuvo un horario estricto. Escuchaba las noticias radiales de la BBC. Practicaba el piano. Y, según ella, meditaba al estilo budista. No pudo disfrutar la crianza de sus dos hijos y tampoco pudo asistir a la ceremonia funeraria de su esposo, que falleció de cáncer en 1999.
 
Premio Nobel de la Paz
 
En 1991, Aung San Suu Kyi ganó el Premio Nobel de la Paz "por su lucha no violenta por la democracia y los derechos humanos", pero no pudo acudir a Oslo a recibir el premio debido a su arresto domiciliario. Tuvo que esperar más de 20 años para recogerlo.
 
Su carisma y su activismo la llevaron a ser reconocida internacionalmente como un icono de la democracia en el país.
 
Una nueva era para Myanmar
 
Luego de fuertes presiones políticas y años de dictaduras, el mando militar finalmente cedió: se liberaron a muchos presos políticos y se convocaron elecciones para el año siguiente, con lo que comenzó la era del Gobierno civil, aunque liderado por los mismos generales autoritarios y con un Parlamento en su mayoría militar.
 
Suu Kyin, quien salió de su arresto domiciliario en 2010, se presentó a esos comicios de 2012 por la LND y obtuvo un cargo de representación regional.
 
Más tarde, en 2015, se presentó a las elecciones presidenciales, y aunque ganó, no se le permitió ser Mandataria por tener hijos de otra nacionalidad. Así que fue nombrada Consejera de Estado, Ministra de Relaciones Exteriores y Ministra de la Oficina de Presidencia, con lo que logró estar al mando del Ejecutivo.
 
Aunque, tras ello, el país tuvo el primer Gobierno civil, la Administración siguió trabajando estrechamente con el Ejército, al cual Suu Kyi elogiaba constantemente.
 
El drama de los rohinyá
 
La lideresa prometió a los birmanos que su prioridad sería ponerle fin a los conflictos étnicos que involucran a más de 20 grupos rebeldes y que han mantenido a Myanmar en un estado de guerra civil desde la independencia en 1948.
 
Pero su promesa estrella se vio fuertemente criticada en 2017 por la persecución del Ejército contra la minoría musulmana rohinyá, en la que miles de personas murieron o fueron obligadas a huir al país vecino de Bangladesh.
 
La ONU calificó lo sucedido como "genocidio": 25 mil rohinyás murieron y 725 mil fueron desplazados a Bangladesh.
 
En 2019, Aung San Suu Kyi viajó a la Corte Penal Internacional en La Haya para defender al Ejército de acusaciones de genocidio. Sin pedir disculpas, insistió en minimizar los delitos ante el tribunal.
 
Ahí, reconoció que hubo un uso de la fuerza desproporcionado contra los rohinyá, pero descartó que hubiera la intención de genocidio.
 
Su falta de compasión provocó la ira de la comunidad internacional: Canadá y varias ciudades británicas le retiraron el título de ciudadana de honor y Amnistía Internacional la privó de su premio de "Embajadora de conciencia".
 
En las pasadas elecciones de noviembre, su partido volvió a ganar las elecciones, pero el Ejército volvió a realizar un golpe de Estado, el pasado 1 de febrero, acusando fraude electoral, y Suu Kyi volvió al arresto domiciliario.