En días recientes, después de la toma de posesión del Presidente Joseph Biden, además de haber podido analizar el panorama que se presentaba en la agenda política y social del vecino del norte también advertimos lo difícil que sería la asunción, legitimación y puesta en marcha de una agenda que uniera a los norteamericanos.
Vamos por partes, y no podíamos iniciar sin el analizar el que se continúe con el fervor de las Ordenes Ejecutivas desde la Ala Oeste de la Casa Blanca y es que esto denota, cómo se le señaló a el Ex Presidente Trump, el unilateralismo político y la falta de voluntad de consenso para la toma de decisiones en esta oficina. Mucho se criticó esta práctica a Donald Trump y en un ambiente aún de revanchismo político, por parte de los demócratas, el Presidente Biden decide iniciar con no 1 o 3 órdenes ejecutivas, sino alrededor de 20 de ellas. Sin duda algún se divisa poca voluntad de cohesión social disfrazada de ímpetu de trabajo por parte de la nueva Administración. Les recuerdo, no es opinión, es contraposición.
Ahora, enfoquemos el análisis en un de las decisiones más controvertidas en la anterior administración que fue el abandonar el Acuerdo de París, enfocado en políticas para frenar el cambio climático y la “modernización” de la producción energética; Una de la ordenes Ejecutivas firmadas por el Presidente Biden es la reincorporación cómo Estado parte a éste acuerdo, cabe mencionar que el Acuerdo no ha sufrido ni una modificación por lo cual su reincorporación no requiere tramite alguno ante el Senado según las Leyes de los EE.UU., pero es importante analizar las demás Ordenes Ejecutivas que soportan el regreso a éste Acuerdo: 1. La suspensión de la emisión de nuevos permisos para perforación y producción de combustibles por los próximos 60 días; 2. La creación de un comité de análisis para emitir las nuevas regulaciones para la emisión de los anteriormente mencionados permisos (esto a realizarse en los 60 días que marca la Orden Ejecutiva mencionada en el No 1.) y 3. La ampliación y revisión de áreas naturales protegidas cómo Reserva Federal. Todas estas Ordenes enfocadas a la consecución y construcción de la estrategia para alcanzar las metas propuestas tanto en el Acuerdo de París cómo la Agenda 2030 de la Organización de la Naciones Unidas. En una primera lectura de las Ordenes, por su naturaleza mandatos, todo pareciera indicar que esta Administración está completamente decidida a dar el golpe de timón en su política energética, pero, y es un gran “pero”, ¿Y los estados de la Unión? Es de saberse que acorde a la carta de la unión de los Estado Unidos de América, la facultad sobre la propiedad territorial de los estados, per se, es de competencia local, no Federal, amén de la Privada; Es decir: Las Ordenes Ejecutivas del Presidente Biden no tienen efecto en la territorialidad estatal, solamente en lo Federal cómo lo son la Reservas Naturales Federales y las aguas territoriales cómo el Golfo de México. Dejo un dato: La administración anterior otorgo en los últimos 6 meses de su periodo 1,400 permisos para perforación y producción de combustibles fósiles, permisos y producciones que cuentan con un derecho adquirido y tendría que existir una expropiación, si que es que la figura encajase, en estas para que se les detuviera. Ahora, los estados de la Unión dónde se encuentran la mayor concentración de pozo y producción de combustible fósiles cuales son, que partido Gobierna y quien resulto ganador en el último proceso en dichos estados:
1. Texas, Republicano, Trump
2. Louisiana, Democrata, Trump
3. Florida, Republicano, Trump
4. Utah, Republicano, Trump
5. Wyoming, Republicano, Trump
6. North Carolina, Republicano, Trump
7. South Carolina, Democrata, Trump
Entonces esto nos permite entender la situación que desde nuestra anterior Contraposición apuntamos, ¿es de verdad el ánimo de la nueva administración la de unir a los ciudadanos, vaya la redundancia, de los Estado Unidos de América?
Es importante apuntar algo: Uno de los principales impedimentos de la mudanza a energías verdes, aparte de el laboral, es el alto costo de esta, pero con estos impedimentos de trabajos en el Golfo de México, y el alto en la producción en EE. UU. ¿no se esperaría un incremento en los combustibles fósiles? ¿Un alza en los combustibles de consumo y de producción debido al recorte sería notorio, además de los compromisos adquiridos por los EE. UU. de producir por México cómo se acordó en la OPEP+ el año pasado? (Ahora se afianza más el proyecto del Presidente López Obrador en Dos Bocas, de así ser el caso o mantenerse) y es que a pesar de lo que se dicta en algunos medios nacionales, en tan sólo los últimos dos meses después de la elección en EE.UU. la grandes Europeas cómo la española Repsol o la Italiana ENI han optado por ampliar sus inversiones en los descubrimientos realizados en las aguas someras del Golfo de México, en el caso del la italiana su inversión ascendería a los 2,525 millones de pesos, el triple de la anunciado en un inicio, allá por 2017. Les repito, no es opinión, es Contraposición.
Y en un cambio de rumbos, pero no de aires, cerramos volviendo a tocar el tema de la crisis China – EE.UU. y es que no pasaron ni 2 días para que el Presidente Biden flaqueara y dictara una prohibición a la expresión “Virus Chino” cómo ofrenda a el gigante Oriental que le respondiera con una escalada de tensión bélica en contra de Taiwán, éste último al intentar soberanamente declarar su independencia. Insisto en Contraposición, el gigante Oriental demuestra tanto a los Norteamericanos, cómo la comunidad Global, que si das un paso atrás te va a empujar dos más. Veamos cual es la respuesta a la amenaza de considerar como “Acto de Guerra” el movimiento libertario taiwanés y que condena revirará ello desde los EE. UU. así cómo de la comunidad Internacional.
