Miguel Ángel Guerrero | 28/01/2021 | 20:44
Es mucha gente en Morena la que espera que la designación de su candidata gubernamental se decida mediante el método aplicado durante largas décadas en el PRI, es decir, a través del clásico “dedazo” ejercido por el presidente del país, mando real del partido guinda como en su tiempo la figura presidencial en turno lo era del tricolor.
Con la lógica imperante en las épocas priistas de que así puede resolverse el caso San Luis es por lo que se ha generado la cargada en favor de la ex directora del SAT Paloma Rachel Aguilar Correa, quien, como en el caso de muchos que alcanzaron alguna candidatura reúne los requisitos que influían decisivamente para verse favorecidos toda vez que ocupaba un cargo importante dentro de la administración federal y, según cuentan, es vista con simpatía por el presidente desde que se incorporó al equipo de ayudantía de AMLO.
Dichos requisitos pueden impulsarla a la candidatura sin importar que para las clases populares potosinas Paloma sea una desconocida y que no cuente con algún mérito partidista importante o que haya hecho algo por su estado como para ser la abanderada aunque no se olvida que ello no importó en muchos casos para que el PRI en el pasado haya enviado a desconocidos como candidatos a estados que luego gobernarían.
Por consiguiente esta precandidata parece estar confiada en que López Obrador actúe como anteriores presidentes para resolver la candidatura de su partido además de que excepto su pertenencia al partido oficial no se ve por qué los potosinos deban votar por ella toda vez que la mayoría ni por asomo la reconocerían de llegar a toparse con ella en la calle.
Antes que la mencionada Paloma también se dio el caso de que se llegó a pensar que otro, por el solo hecho de ser parte del gabinete de colaboradores presidenciales, como se pensaba en los tiempos dorados priistas podría ser privilegiado con la candidatura gubernamental como se vio a Esteban Moctezuma Barragán cuando se desempeñaba como secretario federal de educación posibilidad que él mismo desdeñó aparentemente convencido de su falta de identidad con los habitantes del estado y la ausencia de razones de peso por las que deberían favorecerlo con su voto.
Así entonces, está por verse si AMLO acude a una práctica priista que tanto dijo abominar como es el “dedazo” para decidir el caso SLP y si, de llegar a hacerlo, lo hace en favor de Aguilar Correa quien no es ni mucho menos, la más competitiva del abanico de precandidatos registrados entre mujeres y varones.
CABOS SUELTOS
Por cierto, los insultos públicos hechos por Joaquín Muñoz a Paloma Aguilar indican el nivel de ardor que le aqueja por no estar en alguna jugada política importante de Morena mientras la insultada de golpe y porrazo se colocó en el umbral de la candidatura al gobierno estatal y así desahogó su frustración.