De acuerdo con el director general de Análisis Económico del Grupo Financiero Banorte, será hasta 2022 cuando la vacuna contra el COVID-19 tenga una mayor incidencia sobre el crecimiento económico en el país. Señaló que si bien la vacuna es “una luz al final del túnel”, en este año va a ayudar más el paquete de estímulos de Estados Unidos, el dinamismo de la manufactura y el crecimiento de los servicios de digitalización.
En conferencia para presentar los resultados financieros de la entidad financiera, detalló que, actualmente, se aplican 18 mil dosis diarias al personal médico.
Sin embargo, para cumplir con el programa trazado por el gobierno, se necesita aumentar el número de dosis diarias a entre 140 mil y 150 mil, al menos en la segunda etapa, lo cual se va a convertir en un desafío totalmente logístico.
“Van a haber muchos retos en el tema de las vacunas y por eso vemos más hacia el segundo semestre que, realmente, empiecen a ser algo de diferencia en el crecimiento, va a ser algo más hacia 2022 que realmente tenga un impacto”.
Señaló que si bien la vacuna es “una luz al final del túnel”, en este año va a ayudar más el paquete de estímulos de Estados Unidos, el dinamismo de la manufactura y el crecimiento de los servicios de digitalización.
Al respecto, Marcos Ramírez, director general de Grupo Financiero Banorte, dijo que es preocupante el impacto económico, pero sobre todo en materia de salud, que implica este segundo confinamiento causado por el semáforo rojo del COVID-19.
Destacó que no anticipan que hubiera nuevas restricciones a la movilidad en entidades como la Ciudad de México, por lo cual tuvieron que sumar dos mil millones de pesos más a las reservas para “limpiar” el estado de resultados de 2021.
Esta acumulación de reservas preventivas propició que la utilidad neta del grupo financiero cayera 34 por ciento en el cuarto trimestre de 2020, tras sumar cinco mil 966 millones de pesos, y se redujera en 16 por ciento en todo el año. Es la primera baja de todo un año que se registra desde 2009.
Al respecto, Ramírez señaló que, en los últimos cinco años, llevaban 18 palomitas trimestrales y dos coronavirus, “así le decimos”.
“Nos pegó el coronavirus, es la verdad, nos pegó igual que a toda la industria en términos absolutos; en relativos estamos mejor que el sector bancario, aunque no es para que nos dé felicidad”, comentó.
En el cuatro trimestre, la cartera de crédito total del banco ascendió a 802 mil 138 millones de pesos, lo que implicó un incremento anual de 5 por ciento.
Sin embargo, al interior el financiamiento vía tarjetas de crédito se contrajo ocho por ciento y el relacionado con el gobierno retrocedió 7 por ciento.
Para este año esperan que la cartera total de crédito aumente entre seis y ocho por ciento, con incrementos de hasta 10 y 14 por ciento en hipotecario y préstamos de nómina.
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