Néstor Eduardo Garza | 16/01/2021 | 18:30
La contraposición de una sentencia siempre tiene el mismo valor de verdad (verdadero o falso) que la sentencia misma a la que hace referencia. Es decir, plantea y se pone en contra de lo que critica, sin que alguno de ellos sea más cierto que el otro, o en su defecto falso.
En esta columna proponemos dar esa contraposición a lo que se plantea en los diferentes aspecto y sucesos del orden público, político y social, con directa afectación en nuestra sociedad.
Iniciamos el año 2021, Feliz Año para todos y una de los principales titulares globales que veremos este inicio de año es la llegada de una nueva administración en los EE. UU., así como una nueva etapa en nuestras relaciones bilaterales. Mucho se ha dicho, y criticado, que el mandatario mexicano no felicitó al momento que otros mandatarios o representantes lo hicieron, al Presidente electo Joseph Biden. No es defensa, sino contraposición; AP y Reuters no representan la autoridad colegiada, ni trabajan para esta como para tomar sus datos y cifras como ciertas. Más aún, a Reuters y le tomó días más declarar un virtual vencedor en esta contienda. Los medios tradicionales y reporteros, abiertamente orquestados para hacer frente a la administración Lopezobradorista, no pudieron entender que en el Derecho Internacional se establece las formas y maneras en las que se legítima un Estado y a sus plenipotenciarios. Por dar un ejemplo: Venezuela, en reiteradas ocasiones más de un estado ha concedido a una nación o grupo subversivo el estado de beligerante al intentar reconocer a un opositor de lo políticamente oficial cómo plenipotenciario; pero el principio general de la soberanía y no intervención ha hecho que muchos otros no lo hagan. Caso preciso la Unión Europa y América Latina en torno a Juan Guaido. El hacer un reconocimiento o "respaldar" a un candidato sin que exista información OFICIAL que lo avale es un acto de intervención, por ello la solicitud en la carta de felicitaciones a el Presidente Joseph Biden, con un mensaje muy claro de que México respeta las instituciones y espera que las suyas sean respetadas.
Donald Trump propuso una agenda para el bloque USMCA en el cual se preveía que existiera un crecimiento en bloque, el T-MEC establece el inicio de operaciones conjuntas, y regulaciones por igual (al menos en la letra), para el bloque y así hacer frente a las "amenazas" económicas y de derecho humanos que representa el gigante asiático. Un nuevo representante por parte del Estado Mexicano ha sido enviado, quien, en mi opinión, es el más respetable y presentable de los miembros con los que contaba el gabinete obradorista y que considero tiene las tablas y tacto para llevar la relación a buen puerto. Además, es un potosino que cuenta en su círculo cercano con algunos potosinos y no me queda duda que Esteban Moctezuma es el hombre para la tarea, independientemente de que si fue enviado o no para no estorbar o apoyar a el "Vicepresidente" Ebrard en su intentona por llegar a la silla presidencial en el próximo sexenio.
En fin, la "batalla" hasta la administración de Obama la iba ganando China, un "superpoder" que ejercía actos de poder en Latinoamérica mientras EE. UU. no lo hacía al mismo nivel en Oriente. Donald Trump enderezó, aunque sea un poco, la balanza de poder, no tanto así la comercial que es en lo que todos desean enfocarse; veamos si el jalón de orejas sirvió para entender mejor la visión de "superpoder" de los poderosos de occidente para que los humanistas y románticos demócratas puedan continuar buscando el equilibrio cuando menos, veamos si Joseph Biden se puede legitimar, después de ver los actos perpetrados en la casa de la democracia americana el día de ayer y la completa falta de capacidad y pericia política de los demócratas para llegar a un acuerdo con Trump y sus leales en torno a una transición pacífica, deja en descubierto que JospehBiden no solamente no es el mejor hombre para la tarea, si no que tendrá un duro primer mandato, y probablemente único, tratando de legitimarse como representante de todos los norteamericanos, 74 millones de ellos no piensan cambiar de idea que la elección fue fraudulenta y no porque los representantes de algunos de ellos en la cámara baja hayan cambiado su voto sobre las objeciones significa que sus representados estén de acuerdo con ellos.
La tarea para JospehBiden es complicada, ¿recuerdan la cifra que cite algunas líneas arriba de 74 millones de votos por Trump? De acuerdo con el Buro de Censo de la oficina de los EE. UU., la población elegible para votación alcanza el número de 153 millones, es decir, para los románticos de los números que dicen en MX que el 30% (que voto por AMLO) no es México, por TRUMP votó el 48%. El ejercicio del poder desgasta fácilmente, ¿cuánto tardará en ese número incrementar bajo la administración de Biden? ... Al tiempo, por lo pronto ésta es una CONTRAPOSICIÓN.
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