Pedro Cervantes Roque | 14/01/2021 | 22:42
Si bien el triunfo de la elección interna del PAN no es una sorpresa para nadie, sí lo son las consecuencias que trajo. Vivimos un momento en que la interacción entre alianzas y partidos políticos son como las piezas de dominó que caen en sucesión irremediablemente. Al movimiento triunfante en el PAN otras piezas comienzan a moverse en distintas direcciones.
Sucede que el PRI aún forma parte de la alianza Sí por San Luis, pero también desea cumplir el formalismo de tener un abanderado, aunque sea solamente por cumplir el requisito. El mejor posicionado en el imaginario ciudadano es el ingeniero Joel Ramírez Díaz, hasta ahora con actitud discreta sabedor de que, si no es la candidatura a gobernador, podría ser una diputación federal. PRD y PCP carecen de figura relevante para entrar en ese proceso de selección aliancista para nominar un candidato a la gubernatura. Lo que a simple vista parece, es que Octavio lleva vía libre con una sola condición: que sea falso que Xavier Nava Palacios desea impugnar ante las autoridades electorales el proceso interno de Acción Nacional.
Más allá de eso, el panorama político electoral en San Luis tiene sus puntos de interés. Los nombres de los candidatos definitivos no están enlistados todavía. Sin embargo, sabemos que corresponderán a los personajes que decidieron participar en los procesos de las alianzas o de quienes pudieran ser respaldados por los partidos con registro estatal.
Concluido el proceso a mediados de febrero, con los nombres de los aspirantes al gobierno en la escena pública, arranca el proceso interno para elegir a los candidatos a alcaldes, diputados locales y diputados federales. Escalonadamente se irán despejando los elementos de una nómina que se moverá lo suficiente para renovar esos espacios que tanto preocupan al gobierno federal en turno. Los partidos aliados esperan tener una mayoría de los 7 distritos que corresponden a la entidad y asegurar las posiciones plurinominales que se asignen en el área que le corresponde a San Luis.
Si los aspirantes a gobernar San Luis no logran posicionarse como líderes de un equipo de ciudadanos que aspiran al resto de los cargos, van a sufrir las consecuencias en las urnas. Evidentemente Octavio Pedroza tiene su gente en el PAN, pero aceptará realizar trabajos conjuntos con los del PRI que sean elegidos para cargos distintos. Y lo mismo ha de suceder con el resto de las alianzas y partidos.
Convencer a un electorado preocupado por la pandemia y por las consecuencias económicas que esta arroja, no será fácil. Requiere de trabajos en equipo, de coordinaciones del más bajo hasta el más alto nivel de las posiciones en juego. No puede haber fallas en ninguno de los niveles que serán disputados en junio venidero. La concordancia en el trabajo electoral deberá estar presente desde los primeros días de las campañas y cada quien en su esfera tratará de convencer a los electores de la superioridad de sus ofertas frente a la de los adversarios.
Por supuesto que se impone una revisión constante y minuciosa de las autoridades electorales. Especialmente ahora en que el conflicto planteado entre el INE y la presidencia de la república acerca de suspender las conferencias “mañaneras” durante dos meses, pues lo menos conveniente en este caso es que a los desencuentros actuales se sumen las protestas por actos y consecuencias del proceso que ahora conocemos como el más grande en la historia política de México.
pedrocervantesroque@yahoo.com.mx