Con el cierre de este 2020, el gobernador del estado Juan Manuel Carreras López se enfila al que podría ser el año más complicado de su sexenio toda vez que el 2021 lo iniciará envuelto por la persistente gravedad de la pandemia por el coronavirus, aunque, justo es decirlo, dicho azote no colapsó al estado ni en términos de saturación hospitalaria ni causó un desastroso desempleo como en otras entidades en tanto que en el renglón económico las actividades en este rubro han empezado a retomar su ritmo, particularmente en el desarrollo industrial donde siguen llegando nuevas inversiones extranjeras en la apertura de plantas que generarán más plazas laborales.
Seguramente a la medianoche del 31 de diciembre JMCL se permitirá un prolongado suspiro de alivio por la conclusión de un año de pesadilla para él y la mayoría de sus gobernados.
Y mucha razón tendrá en hacerlo pues desde principios de este 2020 que está por terminar los problemas para su administración se presentaron en fila empezando con los elevados y severos recortes presupuestales implantados por el gobierno federal, que limitaron la capacidad de realización de obras de infraestructura.
Luego, ya en marzo haría su aparición de esa pesadilla llamada pandemia del coronavirus que lo obligó a enfrentarla con los escasos recursos disponibles por lo que emprendió la efectiva reconversión hospitalaria con lo que evitó que en las etapas de crisis por contagios la capacidad de ocupación se viera rebasada por una cantidad superior de enfermos, lo que hasta ahora, afortunadamente para los que no han enfermado y los que podrían enfermar en lo que resta del año, no ha ocurrido y podrá enfrentarse el inminente año entrante con un margen aceptable de operación y atención en ese sentido.
Por dicha circunstancia JMCL arrancará el 2021 con el boquete financiero que le dejó en las finanzas estatales la necesidad de cubrir los millonarios gastos para la contención de la pandemia mismos que ya rondan los 600 millones de pesos en lo que la federación se ha negado a auxiliar pese a lo reiterados exhortos de los gobernantes estatales a que se les ayude en ese aspecto.
Ahora con todo y que la carga económica es considerable y complicada, por lo menos Carreras no cerrará el 2020 con la pandemia fuera de control ni el estado desplomado económicamente aunque sí lo hará con un déficit de colaboración ciudadana en la atención a las elementales normas sanitarias para evitar los contagios pues ya está demostrada la granítica necedad de los potosinos para contribuir en la propagación del virus siquiera usando el cubrebocas y evitar las aglomeraciones.
En el renglón político el mandatario no arribará al siguiente año en medio de tormentas políticas que hagan peligrar la gobernabilidad de SLP pues solo al interior de los partidos se registran conflictos que no trascienden más allá.
Así entonces mucha razón tendrá Carreras al respirar con tranquilidad el último minuto del último día de este 2020, al César lo que es del César.
