En una nueva oportunidad de conseguir un trofeo internacional, los Tigres se enfrentaban al LAFC de Carlos Vela, que llegaba a esta final con la etiqueta de 'verdugo' de los mexicanos en esta edición de la Concachampions.
En otro clásico duelo entre la MLS y la Liga MX, pudimos ver a dos de los mejores planteles del continente. Sin embargo, lejos de sus grandes nombres e individualidades, ambos equipos metieron mucho músculo y corazón ante que el alegre futbol que los llevó a esta gran final.
Ferreti supo neutralizar a Vela y el equipo angelino tuvo que buscar otros métodos para romper el cero en el arco regio; al 61, Diego Rossi abrió el marcador con un bonita vaselina tras un falló defensivo de Tigres para hacer estallar en júbilo a los suyos y los fantasmas de los auriazules.
Los Tigres no estaban cómodos, pero en la primera que tuvieron llegó su Gran Premio. Hugo Ayala, hombre de la casa, apareció de cabeza para igualar los cartones al 72. El tanto hundió moralmente a los de negro que dejaron atrás la intensidad mostrada desde el arranque del complemento.
Tigres tenía el partido controlado y al 84, apareció el gran ídolo para dar otro título a su equipo. Gignac definió de primera tras un jugador del 'Chaka' y los Felinos tomaron la ventaja para no soltarla más. Tuvieron que pasar muchos años, pero al fin lo lograron, los auriazules se llevan la Concacaf a casa, el boleto al Mundial de Clubes en febrero y el ímpetu de ganar por primera vez en uno de los grandes escenarios.
