Italia registró 26.323 nuevos casos y 687 fallecidos en las últimas 24 horas, números inferiores a los del viernes, pero el Gobierno no relajará las medidas para impedir la difusión del virus durante la Navidad y mantendrá el toque de queda.
Con estas cifras, los muertos desde el inicio de la pandemia en febrero son ya 54.362 y los casos totales de coronavirus 1.564.532.
Se confirma que están descendiendo los contagios y la mejora de la situación en los hospitales, ya que han descendido en 405 los hospitalizados, que son 37.061 y también los ingresados en las unidades de cuidados intensivos que son 3.762, con menos 20 pacientes respecto al viernes.
A pesar del descenso, el Gobierno italiano no relajará en el próximo decreto, previsto para el 3 de diciembre y que durará un mes, algunas medidas para la contención de las infecciones como el toque de queda a las 22.00 horas previsto en todo el país.
En una rueda de prensa sobre la situación sanitaria, el presidente del Instituto Superior de Sanidad, Silvio Brusaferro, afirmó hoy que Italia "todavía tiene una alta incidencia, 321 casos por cada 100 mil habitantes" y que hay regiones que tienen hasta 700 casos y otras sólo algunas decenas.
El aplanamiento de la curva "está sucediendo en todo el país, de manera significativa, gracias a las medidas de prevención y al sistema de seguimiento", explicó Brusaferro, que invitó a "no bajar la guardia porque la curva sigue siendo muy alta, el número de casos diarios sigue siendo significativo".
De cara a la Navidad, para el presidente de la ISS, "las próximas semanas serán críticas. Si no respetamos las reglas, las curvas se reiniciarán. Esta tendrá que ser una Navidad diferente. Con estos números no podemos imaginar cenas o reuniones de personas que proceden de diferentes lugares".
Para el presidente del Consejo Superior de Sanidad, Franco Locatelli, en esta Navidad no habrá espacio para "reuniones en las plazas y calles por las fiestas".
"Aunque hemos visto una desaceleración de la epidemia durante las últimas tres semanas, y la semana pasada se ha visto una desaceleración más marcada, la situación no es compatible con la reapertura de las estaciones de esquí. Esperamos que Europa adopte una sola voz ".
"No podemos permitirnos una nueva generación de brotes con las vacaciones", agregó.