San Luis Potosí, SLP.- Juan Jesús Priego Rivera, reconoció recibir ofensas por parte de figuras políticas y simpatizantes de partidos políticos, tras hacer señalamientos sobre el sistema político local y nacional.
El vocero religioso que se ha caracterizado por criticar severamente a los partidos políticos, el uso de recursos públicos, pero sobre todo, las decisiones del gobierno del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reveló que últimamente ha recibido cartas e incluso insultos, por quienes “se sienten ofendidos con sus declaraciones”.
“Yo recibo continuamente cartas por alguna declaración que hice que no les gustó […] no me han amenazado, pero sí insultado, todavía la semana pasada recibí una carta”.
Relató que cuando empezaron las precampañas, abordó el tema de las dádivas y el clientelismo político y “entonces yo dije que para acabar con el clientelismo, habría que imitar a los países avanzados de Europa, en el sentido de que sabemos que hay personas que necesitan una ayuda, sin embargo, en los países europeos, cuando reciben una ayuda gubernamental ya ven restringidos sus derechos electorales, en el sentido de que ya no pueden votar por que ya es un voto comprometido”.
Esas palabras bastaron para que “alguien” le escribiera al párroco una serie de ofensas sin remitente: “Diciéndome que yo era un inútil, que como me atreviera a decir que no les dieran dinero, no, yo nunca dije que no les dieran dinero”.
Externó que quienes son muy afines con AMLO, “deberían de aceptar las críticas, así como aceptan los elogios por ejemplo del padre Solalinde (coordinador de la Pastoral de Movilidad Humana Pacífico Sur del Episcopado Mexicano) ¿Cómo esos elogios no les molestan? Y en cambio una crítica no la aceptan, es decir, seríamos un clero muy servil si nos plegáramos a todo lo que vemos y aplaudiéramos todo lo que hacen”.
Priego Rivera arremetió que “no todos los sacerdotes somos el padre Solalinde” y lamentó que México esté polarizado “¿En qué sentido?, en el sentido de que si uno lanzara una crítica se van contra uno […] ciertamente yo puedo estar en acuerdo o en desacuerdo con alguien o tener simpatía yo personalmente, pero en ese sentido la iglesia es apartidista”, finalizó.
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