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Asiáticos y europeos ya se entremezclaban en el Pleistoceno, según estudio

EFE | 30/10/2020 | 22:40

El estudio genómico del cráneo de un homínido de hace 34.000 años descubierto en Mongolia evidencia una mezcla de ADN de ancestros de Asia Oriental y de Eurasia occidental, lo que apunta a contactos entre distintos grupos humanos y grandes movimientos migratorios.

 

Según informa en un comunicado el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva el cráneo de esta "mujer moderna" descubierto en 2006 en el valle Salkhit (este de Mongolia), revela que contaba con antecesores tanto asiáticos como europeos.

 

De hecho, una comparación de su ADN con el único otro individuo de Asia oriental estudiado genéticamente hasta la fecha, un hombre de hace 40.000 años hallado en la cueva de Tianyuan (noreste de China), muestra que "ambos individuos están emparentados".

 

La diferencia entre ambos radica en que un 25 % de los ancestros de la mujer de Mongolia provenía de Euroasiáticos occidentales, europeos en definitiva, "probablemente a través de mestizaje con siberianos antiguos", según los expertos.

 

El análisis contradice lo que se pensó en un primer momento del único fósil descubierto de homínido descubierto en Mongolia, al que se denominó "Mongolantropus". Se barajaba que fuese un tipo de Neanderthal o de Homo erectus.

 

"Esto es evidencia directa de que las comunidades humanas modernas en Asia oriental eran ya bastante cosmopolitas hace más de 34.000 años", asegura Diyendo Massilani, autor principal del estudio e investigador en el Instituto Max-Planck de Antropología evolutiva.

 

"Este raro espécimen muestra que las migraciones y las interacciones entre poblaciones de toda Eurasia tenían lugar con frecuencia hace ya unos 35.000 años", agrega.

 

El estudio se basa en un nuevo método del instituto Max Planck de Antropología Evolutiva para "encontrar segmentos de ADN de homínidos extinguidos en los genomas de Salkhit y Tianyuan".

 

Los investigadores han hallado que los restos de la mujer de Mongolia y del hombre de Tianyuan "contienen no sólo ADN Neandertal, sino también ADN de denisovanos, un esquivo pariente asiático de los neandertales", según el comunicado.

 

Los denisovanos fueron una especie o subespecie del género Homo que se cree que vivió entre hace un millón de años y unos 40.000. Catalogados a raíz de los restos de una niña descubiertos en las cuevas de Denísova (Siberia) en 2010, se especula con que conformaron una migración de África propia, distinta a la de los humanos modernos y los neandertales.

 

"Es fascinante ver que los ancestros de los seres humanos más antiguos de Asia oriental de los que hemos podido obtener información genética ya se habían mezclado con los denisovanos, una forma de homínidos extinta que es antecesor común de poblaciones actuales de Asia y Oceanía", indica Byambaa Gunchinsuren, investigador en el Instituto de Arqueología de la Academia de Ciencias de Mongolia.

 

A su juicio, esto es "evidencia directa" de que los denisovanos y los humanos modernos "se habían encontrado y entremezclado hace más de 40.000 años".

 

El estudio también ha sacado a la luz una curiosidad relevante. Los fragmentos de ADN de denisovanos en estos dos restos coinciden con los que se pueden encontrar en poblaciones actuales de Asia oriental, pero no con los fragmentos hallados en grupos humanos de Oceanía.

 

Este hecho viene a respaldar el modelo teórico que sostiene que entre los denisovanos y los humanos modernos hubo múltiples encuentros independientes.