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Japón se lanza a la digitalización tras exponer la COVID-19 sus carencias

EFE | 29/10/2020 | 23:40

La pandemia de COVID-19 ha sacado a relucir las carencias en digitalización de Japón y ha dado un empujón para que el país se lance a culminar una estrategia que esbozó hace 20 años y que el primer ministro, Yoshihide Suga, ha erigido en pilar de su Gobierno.

 

Japón tiene sistemas de telecomunicación robustos comparado con otros países, pero la escasa digitalización de servicios "online" administrativos, la descentralización y costumbres como pedir a los residentes que se personen en el ayuntamiento para solicitar servicios y prestaciones han hecho que se quede atrás.

 

De los más de 55.000 procedimientos administrativos del Gobierno de Japón menos del 10 % pueden completarse íntegramente en línea, según datos del Japan Research Institute, una de las razones por las que el país quedó en el puesto 14 del sondeo bienal United Nations E-Government Survey de 2020, cuatro por detrás que en 2018.

 

A ello se une la dependencia en muchas oficinas públicas del fax en sus comunicaciones y el uso de sellos ("hanko") requeridos en muchas diligencias para firmar documentos.

 

BRECHAS EXPUESTAS POR LA PANDEMIA

 

Las carencias electrónicas de la administración pública quedaron patentes cuando centenares de ayuntamientos suspendieron las solicitudes "online" de un subsidio estatal por la COVID por fallos en sus sistemas, lo que además les obligó a contrastar manualmente los datos de las solicitudes con los del padrón municipal.

 

La falta de un sistema unificado provocó un "apagón comunicativo" telemático entre ministerios y agencias estatales y numerosos centros sanitarios tuvieron que enviar por fax la información manuscrita sobre los pacientes de COVID-19 al Gobierno, incluido los de Tokio.

 

Pese a que Japón emprendió su transformación digital hace casi dos décadas, con su "estrategia e-Japan" de enero de 2001, que quería "hacer de Japón la nación más avanzada en TI (tecnología de la información) del mundo en cinco años" y lograr "un gobierno electrónico", la pandemia ha dejado en evidencia el retraso en su implementación.

 

Para subsanarlo, y cuando apenas llevaba dos semanas al frente del Gobierno, Suga creó una oficina encargada de la reforma tecnológica y anunció el establecimiento para 2021 de una agencia digital.

 

Entre sus objetivos están abandonar el uso de los sellos "hanko" y la adopción de una infraestructura informática estandarizada a nivel nacional para 2025.

 

ESTANDARIZACIÓN ADMINISTRATIVA

 

Aunque los analistas ven la estandarización informática de los organismos del Gobierno central en ese periodo como algo factible, la implementación de una infraestructura nacional es más compleja.

 

En la actualidad hay 1.741 gobiernos locales en Japón y todos usan sistemas informáticos diferentes, explica a Efe la economista Kaori Iwasaki, del Japan Research Institute, que considera que la estandarización es "extremadamente difícil de conseguir".

 

Por un lado, no todos los gobiernos tienen los recursos financieros o de personal necesarios para el cambio y, por otro, la administración central no puede forzarlos a adoptarlo.

 

A ello hay que añadir que muchos procedimientos internos siguen siendo "analógicos" y es previsible que el proyecto encuentre resistencia en el propio personal gubernamental, temeroso del cambio. No es raro, por ejemplo, que las dependencias oficiales pidan a los periodistas que anticipen por fax su asistencia a ruedas de prensa.

 

"Creo que es muy importante integrar los sistemas informáticos, pero hacerlo en un período tan corto no es una buena idea, porque si nos apresuramos, estoy segura de que habrá muchos defectos que tendremos que corregir después", señala Iwasaki, que considera al menos una década como el marco más conveniente.

 

Además de optimizar la eficacia, esta digitalización podría ahorrar a las arcas públicas unos 2 billones de yenes (16.150 millones de euros/19.100 millones de dólares), según estimaciones de la Japan Association of New Economy.

 

DESTIERRO DEL "HANKO"

 

El impulso digitalizador del primer ministro también afecta al "hanko", un peculiar y muy difundido sistema de sellos usado como firma personal que conlleva una industria con importante influencia política que ha entorpecido el teletrabajo.

 

El Gobierno quiere eliminarlo en el 90 % de los procesos administrativos e incentivar su abolición en el sector privado.

 

La Agencia Nacional de Policía ha dicho que dejará de requerirlo en sus procedimientos para residentes en 2021 y el Ministerio de Justicia estudia abolirlo en certificados de matrimonio y divorcio. 

 

Aunque las nupcias pueden tramitarse "online" desde 2004, requiere de un sistema de certificación electrónica que nunca se implementó.

 

Para adoptarlo, el Gobierno quiere apoyarse en las tarjetas de identificación My Number introducidas en 2015, que hasta este septiembre se habían emitido para el 19,4 % de la población. La Administración quiere llegar cerca del 100 % para 2022.

 

A ello podría contribuir la integración en 2021 del sistema con la tarjeta del seguro médico público o el carnet de conducir, a menudo el único documento de identidad con fotografía de los japoneses.