Como cuando se aceleró por primera ocasión la propagación del coronavirus en San Luis Potosí allá por los meses de abril, mayo y junio, de nueva cuenta la explosión de contagios viene a poner a prueba la capacidad de los potosinos de colaborar en el bien generalizado de la sociedad, algo que, por cierto, no se nos da mucho porque no parecemos capaces de aprender de nuestros errores lo que, lamentablemente, otra vez no tiene al borde de regresar al color rojo del semáforo del covid y de entrar a una nueva fase de alta proliferación de casos positivos y un enorme disparo de defunciones lo que está a punto de provocar que las autoridades acudan a medidas extremas y a restringir más actividades en atención a que solo con medidas enérgicas podría frenarse la pandemia que ya amenaza con rebasar la capacidad de los dispositivos de contención aunque donde se toman las decisiones parece dudarse en aplicar acciones que metan al orden a la gente que sigue desdeñando atender las medidas sanitarias como el uso del cubrebocas convirtiéndose en peligrosos focos propagadores de la enfermedad.
Extrañamente, se titubea en ser enérgicos ante la gravedad de la situación mientras en otros países con decisión se implantó el toque de queda complementado con el arresto y el cobro de multas elevadas a quienes transiten por las calles sin el protector de boca y nariz, medidas éstas que también se han empezado a seguir en algunos otros estados.
Con todo y que se ha determinado prohibir la celebración de fiestas y se cancelaron festejos religiosos como la visita a la basílica de Guadalupe el 12 de diciembre al igual que la visita a los panteones los días de muertos, el cierre de restaurantes y la reducción de horarios en centros comerciales queda claro que la pandemia no podrá contenerse si no se hace el último esfuerzo por rescatar lo que pueda quedar de conciencia social entre los potosinos aunque sean pocas las esperanzas de que la haya vista la tozudez de los potosinos en acatar disciplinadamente las normas sanitarias, en fin, Dios nos proteja.
CABOS SUELTOS
Mucha razón tiene el secretario general de gobierno Alejandro Leal Tovías en reprochar a la FGR que no ayuda en nada pues acciones que le corresponden para contribuir al combate de la inseguridad como el abatimiento del narcomenudeo y el tráfico de drogas nomás no bajan porque nada hacen por abatirlos pues la policía ministerial es la que más les ha pegado sin ser de su competencia…Si el sábado Esteban Moctezuma renuncia a la SEP estará más que cantado que él sería el candidato gubernamental de Morena.