Paola de la Rosa | 10/10/2020 | 02:29
El hartazgo de los potosinos por el deficiente manejo que se da al Centro Histórico de la capital potosina, crece cada día y no parece que haya alguna posibilidad de que Rocío Zavala entregue buenas cuentas porque no la quieren comerciantes establecidos, informales, giros tradicionales, propietarios de inmuebles, restauranteros, ni turistas, porque el centro es un muladar.
No hay forma de que esta funcionaria carente de empatía y sensibilidad brinde el mínimo de resultados que se requieren, y por el contrario si logre confrontar al alcalde de la ciudad Xavier Nava con diversos sectores.
Y esto quedó demostrado en la encuesta que Grupo Plano Informativo realizó a través de sus redes sociales, que confirma que solo el 10 por ciento de quienes participaron están de acuerdo con su desempeño mientras que el 90 por ciento lo reprueban totalmente.
Estos porcentajes no son algo ocioso, sino un dato que se debe tener en cuenta en el gobierno de la ciudad, porque refleja claramente el repudio que Rocío Zavala se ha ganado debido a su arbitraria actuación, y su absoluta falta de empatía hacia los usuarios del Centro Histórico.
La relación de Zavala con los comerciantes informales, principalmente los de origen indígena que buscan ganar unas monedas para su sustento diario, se ha convertido en una pesadilla desde que sus inspectores maltrataron de un acto de abuso de poder, a una humilde mujer que no estaba robando, sino tratando de vender unas flores para poder comprar comida para el hijo que traía entre los brazos.
De ahí en más, Rocío Zavala es la encarnación de todo lo que llevó a la alternancia en el poder, porque a pesar de las leyes, las comisiones de derechos humanos, los diputados que dicen estar a favor del pueblo, los regidores que aseguran que trabajan en bien del municipio, a pesar de todo esto, todavía hay en el Centro Histórico, malos funcionarios que abusan de su posición para maltratar y humillar a los más desprotegidos.