La controversia que destapó a raíz de del hallazgo de cadáveres en las zonas limítrofes del Estado de San Luis Potosí, con el Estado de Zacatecas son verdaderamente de llamar la atención. Y no por lo verdaderamente cruento que resulta en primer lugar abordar el tema que de hecho es bastante trágico y no debe dejar de sorprendernos, sino por lo que ahora se convierte en una potestad de la violencia entre los estados que estamos viviéndola en mayor o en menor medida, y que en lugar de verlo en forma conjunta como un problema de país, más bien es verlo como es lo que tu vecino está dejando que tiren en traspatio.
El pasado fin de semana se dió cuenta de este hallazgo de personas que fueran ejecutadas y dejadas en territorio potosino, por la cantidad de personas en un tiempo que no rebasó ni las 24 horas, los reflectores llevaron a la entidad potosina a la opinión pública de noticieros nacionales como escenario de una jornada violenta a gran escala. 12 personas que presentaban señales de haber sido asesinadas al estilo de la delincuencia organizada. Pero resulta que dichas personas no son originarios del estado de San Luis Potosí sino del vecino estado de Zacatecas y sólo los vinieron a arrojar aquí.
Al tiempo de indagar por lo que declararán las autoridades locales que dieron cuenta de que estos cadáveres provenían de nuestro vecino zacatecano; las autoridades de aquella entidad a través de su vocera, lo negaron categóricamente bajo el argumento de que tampoco es posible saber si eran de allá. Fíjese usted. Para ellos no era tan importante que se investigue tanto como se diga de donde son primero, y es que en albores de las elecciones es de suponer que muchos gobiernos quieren asumir menos de situaciones cuyo costo político les pueda resultar adverso y ese es el caso de nuestro vecino Zacatecas, en donde fue necesaria una reunión con sus autoridades locales en materia: Fiscalía, Guardia Nacional, Policia Estatal y se comprobó que finalmente si eran sus ciudadanos los muertos y procedía ahora regresarlos a sus deudos, en Jeréz y en Pinos.
Ahora se habla de algunos operativos coordinados y de cooperación, hasta de bases compartidas. Pero vamos. Lo que esperaban es que los potosinos no dijeran nada y quedáramos así como ¿y de donde serán? ¿Que raro? Seguramente son de aquí. Cuando de hecho aquí más sangre tampoco cabe y eso lo sabemos bien.
EL PLATO QUE ARRIMA LA SOPA.
Es la lección que no hemos terminado de aprender de los cambios del gobierno del presidente Andres Manuel López Obrador. Mientras hay quien se está rasgando las vestiduras hablando de pobrecitos aquellos que se van a quedar sin su apoyo otorgado a través de los fideicomisos, la situación no es más que la muda de piel que de manera escalonada está haciendo el gobierno federal para que finalmente sea la mano del presidente la “dadora” bajo el argumento de que todos los esquemas anteriores estaban llenos de corrupción y componendas
En estos momentos en San Lazaro se desgañitan y jalonean, pero créame amigo lector que más que nada trae consigo el animo electoral que ya tenemos encima muchos mexicanos que estaremos expectantes de las ofertas políticas del 2021.
Lo que va a pasar seguramente es que muchos mexicanos tendremos credenciales dependiendo del tipo de programa del que seamos parte, algunas amas de casa en su cartera traerán hasta cuatro credenciales diferentes, tal vez con igual número de tarjetas de débito.
Hay quienes ven esto una situación muy peculiar y no es para menos, el diputado priista Mauricio Ramírez no es optimista, sobre todo tomando en cuenta la importancia de dichos beneficios o apoyos que se reflejan en apoyo al campo, salud, desastres naturales, deportes, cultura y arte. La transición que no dejará de ser dolorosa pues no automática en el tiempo en que tardarán estos beneficiaron en integrarse en padrón y nuevamente recibir un apoyo sin corrupción, dado este argumento como el principal motivo de dicho cambio.
HASTA LA PRÓXIMA.
