Rioverde, SLP. – Un sector de la economía desprotegido y al que ha pegado duramente la crisis sanitaria y económica son las trabajadoras sexuales, quienes sin tener un lugar fijo para ejercer han recurrido a riesgosas practicas o se han alejado totalmente de lo que se dedicaban hasta antes de la jornada de sana distancia, ahora vendiendo gorditas, sin embargo, las ganancias son menores a lo que ganaban, perjudicando la economía de las mujeres quienes son sustento de familias.
La crisis económica generada por la pandemia, ha golpeado a trabajadores sin distinción, sin embargo, a las trabajadoras sexuales las ha dejado devastadas,
Selene Paz, directora del Departamento de Salud, ha dado a conocer que se continua trabajando en este sector que cuenta con un carnet de registro de su estado de salud mensual.
Lamentablemente el cierre de bares y cantinas ha afectado directamente a los trabajadores de este rubro, quienes en su mayoría vienen de un medio de escasos recursos y tienen que mantener a sus hijos y padres.
De manera no oficial, se sabe que el padrón de trabajadoras sexuales ajusta casi las 300 personas que asisten mensualmente a hacerse sus chequeos médicos, sobre la detección de enfermedades de transmisión sexual y control de enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión.
A pesar del cierre, las trabajadoras de bares y cantinas, continúan asistiendo mensualmente a sus chequeos médicos, para mantener su carnet actualizado, con la esperanza de que pronto se reestablezca su fuente de ingresos.
Varias son las trabajadoras sexuales arriesgan sus vidas por un contagio de COVID y de su seguridad pues realizan los servicios a domicilio, sin embargo, la generalidad es que las ganancias son reducidas, al no haber suficiente dinero circulante en la región.
En una ‘buena noche’ se ganaban dos mil pesos y en un día flojo 200 o 300 pesos, cantidades que no se ganan en otro tipo de trabajo.
Al momento se ha detectado que trabajadoras se concentran en bares de la calle Gama y de la carretera federal 70, sectores con los cuales se mantiene un registro.
Es un grito a voces la presencia de trabajadoras sexuales en la plaza Fundadores, mujeres que se han visto afectadas de la misma forma ante el cierre de dicha plaza, quienes clandestinamente ofrecen sus servicios a domicilio.
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