Miguel Ángel Guerrero | 13/08/2020 | 17:18
Todo mundo sabe que cuando un funcionario público no rinde los resultados esperados normalmente se procede a su destitución pues de otro modo se le dejaría continuar lo que parece ser el caso del que venía fungiendo como coordinador estatal de la Guardia Nacional Héctor Aldape Gallegos quien fue destituido de manera fulminante del cargo luego de que la corporación poco hizo para combatir la delincuencia en San Luis Potosí en los pocos meses que estuvo al frente.
Como ya lo hemos señalado en este espacio, la GN prácticamente ha fracasado en el estado alno haber podido, o sabido, responder a las grandes expectativas que generó desde su creación respecto de que constituiría la solución para rescatar al país de las garras de los grandes cárteles.
En SLP también se le vio como la esperanza que vendría a combatir la delincuencia que tiene sometida a la entidad bajo la violencia e impunidad con que actúan lo que acentuaba el optimismo con que el presidente Andrés Manuel López Obrador hablaba de su creación provocada, según decía, por la corrupción que envolvía a las instituciones policiacas existentes, incluyendo las federales.
Desde luego, por las múltiples carencias en equipamiento y capacitación de las corporaciones aldeanas, la llegada de la Guardia Nacional al territorio potosino fue recibida con optimismo pues se esperaba que viniera a acabar con el azote del crimen organizado y se sumara a la preservación de la seguridad pública o, de menos, contribuyera a la inhibición de hechos violentos y delitos como robos a viviendas, asaltos y otros del dominio de la señalada por el legendario comandante Miguel Naya como “delincuencia desorganizada”.
En fin desde el arribo de los primeros grupos de elementos de la GN nunca se vio una estrategia definida en su desempeño toda vez que los intermitentes patrullajes realizados por un puñado de agentes no pasaba más allá de los límites del centro histórico donde más que vigilar parecía que andaban de paseo piropeando jovencitas y poco se atrevían a incursionar en las colonias donde el pandillerismo es un problema grave.
A pesar de que en sus tareas se coordinaban con el ejército no se supo que hayan participado en operativos para la captura de delincuentes y cuando se les citabas se percibía que era por una cortesía de las fuerzas armadas las que realmente han sido las responsables de los golpes que se les ha dado a las bandas del narcotráfico lo que pareció sellar su fracaso en el estado potosino, lo que obliga a demandar un mayor apoyo de elementos militares ahora que el gobierno estatal podrá ahorrarse la manutención de casi 700 agentes de la guardia nacional que ha pasado sin pena ni gloria por aquí.