Fernando Trías de Bes
La pandemia nos trajo un despertar abrupto, uno que en nuestras peores pesadillas nunca tuvimos, pues lo personal se separa de lo colectivo, y cuando se sueña mal o, con presagios funestos, quedan en el anecdotario íntimo, quizás de la familia. Muy lejos estábamos de los 13000 km de distancia donde se generó la peor crisis que la humanidad está viviendo, igualmente en cada país que lo sufre, y con palos de ciego, ante lo desconocido, se trata de salir adelante.
Lo cierto es que, los sistemas políticos, sociales, económicos y, culturales gregarios y muchos de ellos globalizados, quedaron de pronto, abruptamente, discontinuados, obsoletos y desnudos en su efectividad y eficacia, de lo que veníamos y, habíamos construido como “sociedad culta y responsable”. El Mundo quedó desnudo si, además, impotente en muchos sentidos literalmente. Lo catastrófico está creciendo y habría que reconocerlo, aún para aquellos que en la necesidad de reducir la población mundial, niegan los efectos que están por venir.
Una de las complicaciones más fuertes que tendremos que enfrentar como ya lo estamos haciendo y, no se si de la mejor manera, es la continuidad de la escolaridad, que no, educación. El esfuerzo que se tiene que hacer desde las familias en el acompañamiento de los educandos, tendrá que ser muy real en las tareas y desde luego un factor que hará entender, seguro estoy, a los que gobiernan, la importancia de trabajar con la sociedad abriendo el diálogo Nacional plural e incluyente, al que hasta ahora se le ha negado la posibilidad en la cerrazón.
La preparación continua, el estudio e investigación, nos hacen competentes, y con ello, crecen las oportunidades para las personas. Cuando llegó la reforma educativa de Peña Nieto, llegó tarde, por supuesto que ¡si!, habría que tener una mucho más adelantada y agresiva en el mejor de los sentidos. De tal manera que lo obsoleto que teníamos y ahora volvemos a tener, nos deja en el abandono y a la deriva en educación. Los intereses de grupo no han dejado el libre desarrollo de la educación fundada en la ciencia y tecnología. En los hechos, la triste realidad, nos hecho muy para atrás.
Hoy con la pandemia deberíamos estar preparados, cuando menos en el tema de la educación, pues así lo prometieron muchos años quienes han ganado sitios de representación del Pueblo. Si se hubiesen cumplido todas las promesas de campañas políticas o, cuando menos la mitad, seríamos un mejor País que el que tenemos ahora. Se acordará Usted, de lo tan anunciado que Mexico tendría Internet en todos los rincones del País; pues no fue así, no ha sido así, pues de haberlo hecho realidad estaríamos a la par de quienes nos quitaron liderazgo en educación.
Finlandia es un gran ejemplo pero, veamos el de Corea del Sur, que habiendo tenido un ingreso por capital inferior al nuestro, hoy lo cuadriplican y en sólo treinta años, frente al nuestro de poco menos del doble.
La educación tiene y debe aceptarse así, adquirir un avance que nos costará mucho esfuerzo pero que, de no hacerlo, seguiremos siendo los rezagados, los que nuestros estudiantes sigan en desventaja con otros jóvenes que nos derrotan en competitividad, en calidad, en investigación, en ciencia y rapidez de información.
La gran importancia que debería tener la educación está olvidado y desde luego el magisterio también, pero los privilegios llegan solo a quienes así se quiere y, son una muy pequeña minoría. El maestro de verdad, apasionado por su trabajo, está en el olvido.
@jaimechalita