Atracción 360 | 04/08/2020 | 01:31
El volante del Pagani Zonda es un ejemplo perfecto de lo que hablamos, pues tiene buen gusto, calidad artesanal, diseño deportivo pero sencillo, clase, etcétera. Terminado con la piel de la mejor calidad, con acabados de madera o fibra de carbono según el gusto del cliente, difícilmente puede ser más bonito y con un aroma más exclusivo: todo en el fabricante italiano está tratado con el máximo nivel de detalles.
Uno de los volantes más peculiares y con personalidad que hemos vimos en la primera década del presente siglo. Su forma simétrica, sus cuatro radios perfectamente colocados y un aspecto que recordaba más al timón de una embarcación que al volante de un coche. Probablemente en cualquier vehículo se vería raro, pero en un producto artesanal y con mucha personalidad como el Spyker C8, con un interior completamente recubierto en piel con costuras a rombos, era la cereza del pastel.
Destacaba por un detalle único: los brazos terminados en finas tiras de aluminio. Sin duda, el interior del Z8 es uno de los diseños más especiales que ha realizado BMW en su historia y todo se cuidó y se trató de manera especial para configurar un espacio exclusivo, minimalista y con cierto aire vintage, como el resto del coche, que lo hacía lucir realmente espectacular. Un volante sencillo con un toque que le sentaba realmente bien en un interior como ese.
Un vehículo impulsado por motor de Fórmula 1 debe de tener un volante de F1 si la inmersión tiene que ser total. El coche más salvaje de Mercedes, desde el CLK GTR, es una auténtica obra de arte de la ingeniería y el su volante habla por si mismo: una completa pieza tecnológica para controlar a esta bestia como si fueras Lewis Hamilton, un lujo al alcance de pocos.
Ferrari se ha caracterizado por fabricar algunos de los volantes más bonitos de la historia, sencillamente pensados y concebidos para ser los protagonistas de un interior donde la pasión por manejar y divertirse haciéndolo es clave, y el del Ferrari F50 es una oda a la sencillez y a la efectividad, el volante de un coche deportivo no debería necesitar mucho más.
El interior de este sedán de lujo destacaba por un nivel tecnológico muy avanzado para su época, una especie de coche del futuro con numerosos mandos interactivos que dejaban al conductor con la boca abierta. El volante, un aro enganchado a la dirección por un único radio inferior es espectacular, no se puede negar que tiene mucha personalidad.
Los volantes de BMW también son una referencia por diseño, grosor y tacto deportivo. Hasta ahora todos los volantes eran protagonistas de coches inaccesibles, pero el volante M de BMW es una delicia que muchos pueden disfrutar, ya que se encuentra muchas veces disponible de manera opcional en la mayor parte de la gama. Sin duda los más interesantes son aquellos firmados por BMW Motorsport y terminados en alcántara y fibra de carbono.
El del Mustang de primera generación es un ejemplo de volante de otro tiempo. Enorme, con el aro muy fino y con pequeños detalles metálicos en sus brazos que nos recuerdan al art decó. Sencillo pero bonito, elegante y sofisticado para la época, no será el más efectivo pero a la vista hay que reconocer que es encantador.
La sencillez y la deportividad de un volante todavía se puede encontrar hoy en día, como en el del 911 GT2 RS. Sencillo, con un diseño inquebrantable al paso del tiempo, un grosor justo, un agarre perfecto y un tamaño ideal. Los volantes de Porsche son ejemplares para practicar un manejo deportiva y terminados en materiales nobles como el alcántara o la fibra de carbono para conseguir una estética muy racing.