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Conoce el legado cultural del paraíso en Mallorca

Traveler | 01/08/2020 | 11:57

El año pasado, el Hotel Formentor celebró sus 90 años en pie. 90 años de respeto a un paraíso único, Patrimonio de la Humanidad, un bosque mediterráneo que decora un cabo escarpado, lleno de calas en Mallorca. 90 años, además, de ser un rincón de cultura y felicidad. Porque así nació como el sueño de una pareja, Adán Diehl y Elena Popolicio, de compartir su paraíso con otros amigos artistas, de compartir su felicidad con otros.

 

El documental Formentor: el mar de las palabras, disponible en Filmin (1 de agosto) y estrenado en el marco del Atlàntida Film Fest, recupera la historia de este mítico hotel mallorquín e intenta desvelar el misterio de su magia, de su éxito. “¿Por qué la belleza de una bahía, de un mar y unas montañas formando una disposición especial es también, como dice Dudamel de la música, una invitación a resucitar?”, se pregunta el director del filme, José Luis López-Linares.

 

Alrededor de ese misterio gira la película que utiliza los conciertos de las sesiones de Formentor Classic Sunsets, celebradas en el jardín del hotel desde 2013, como hilo musical conductor de una historia única que arrancó en los años 20. Con la familia Costa i Llobera, dueños de este rincón. Posteriormente, el escritor argentino, Adán Diehl lo adquiere y disfrutando unas vacaciones allí con su esposa, reflexiona: “¿por qué no compartir este lugar con otros amigos artistas?”. La mejor forma de hacerlo fue construyendo un hotel que inauguraron en 1929 antes incluso de poner carreteras en el cabo.

 

Durante un año los clientes y amigos (que se alojaban gratis) estuvieron llegando en barco. En los 30, Formentor fue “la mejor fiesta de la aristocracia europea”, dicen en el documental. El lugar más “afrodisíaco”, donde ir a crear y tomar unas copitas. Diehl organizó la Semana de la sabiduría, días de reflexión literaria, antecedente de las Conversaciones poéticas que Camilo José Cela impulsó con ayuda del siguiente dueño del hotel, Tomeu Buadas.

 

Un triunfo de encuentros que culminaron en el Premio Formentor, creado en 1961 y retomado en 2011, y otorgado a Borges, Beckett, Semprún, Vila-Matas, Carlos Fuentes… En 2019 lo recibió la primera mujer, Annie Ernaux, y este año, a pesar del covid, también se celebrará y entregará a Cees Nooteboom.

 

HUÉSPEDES ESTRELLAS

Siempre llamado como el hotel de las estrellas y con razón. El Hotel Formentor ha alojado a los Kennedy, a Grace Kelly y Raniero, a John Wayne, a Chaplin, a Peter Ustinov, a Jane Birkin (invitada en el documental)… Gorbachov fue un cliente habitual y amigo de empleados. El Dalai Lama pasó por allí, aunque dormía en el suelo de su suite.

 

Sus jardines han inspirado poesía, novelas, música y sobre todo, paz. En el documental aparecen clientes anónimos, no famosos, que llevan tres y cuadro décadas yendo cada verano al Formentor. Un veraneo heredado por generaciones familiares. Clientes que conocen a los empleados por su nombre, porque ellos, los trabajadores del hotel, también llevan décadas, una vida entera trabajando allí. Como el jefe de conserjería que entró como botones en 1950 y se jubiló en 1996. O el que empezó de niño como recogepelotas. El que entró como hombre soltero y salió como abuelo.

 

En 2006 el Grupo Barceló compró el hotel y no solo mantuvo el espíritu paradisiaco, sino que retomó su actividad cultural para recolocar al hotel en su privilegiado lugar literario. Inspiración de paz, felicidad y fantasías, como dice en el filme Mario Vargas Llosa.