Guadalupe González | 01/07/2020 | 03:56
EL QUE ME DEJÓ COMPLEMENTE sorprendido, fue el diputado del Partido Verde, Cándido Ochoa, que por cierto, también fue secretario general de Gobierno en tiempos de Fernando Toranzo y me hizo experimentar un Déjà vu.
DÉJÀ VU ES UN TIPO DE paramnesia del reconocimiento de alguna experiencia que se siente como si se hubiera vivido previamente.
RESULTA QUE ANTES DE LA votación para decidir los puestos de Contralor de la Auditoría Superior y Comisionado de la Cegaip, Cándido subió a tribuna y denunció que los nombramientos ya habían sido previamente designados desde el Poder Ejecutivo.
OBVIAMENTE ERA INEVITABLE recordar lo que hacía exactamente Ochoa Rojas cuando fungía como todo un vicegobernador y mangoneaba al gris de Toranzo. Movía, cooptaba, presionaba y hasta amenazaba para lograr el objetivo de colocar a sus familiares, amigos y alfiles en todos los puestos públicos posibles. Llenó el Poder Judicial, la Comisión Estatal de Derechos Humanos, la Auditoría Superior, el gobierno del estado, el tribunal administrativo y hasta el Ceepac con sus recomendados.
ASÍ QUE ERA LÓGICO, (AHORA QUE él se queja de eso) que se me viniera un Déjà vu con las “designaciones” que tantas veces realizó.
TAL COMO SE HABÍA adelantado, tras la operación de los morenistas Edson Quintanar y Alejandra Valdés, catorce diputados locales votaron a favor de poner como Contralora de la Auditoría Superior del Estado a Rosalba Salazar Medina. Esta maniobra fue concebida desde las oficinas del Delegado del Bienestar en San Luis Potosí, Gabino Morales, y actuando tal y como lo hacían los políticos que tanto criticaba antes de agarrar un hueso público, logró imponer a su empleada en el organismo fiscalizador. Una vez más las cuotas de partidos contaminan las instituciones.
Y YA QUE ESTAMOS EN TEMAS escabrosos del Congreso, Oscar Vera y Eugenio Govea, colmilludos diputados plurinominales (cuatro veces por cierto) y propietarios de las franquicias Conciencia Popular y Movimiento Ciudadano, armaron un buen berrinche durante la discusión de la reforma a la Ley Electoral de estado de San Luis Potosí, donde se proponía subir de 3% a 3.7% la votación para permanecer como partido político y que fueran eliminadas las perversas alianzas entre partidos, estos dos personajes se lanzaron con todo para conservar su emporio.
VALE LA PENA RECORDAR QUE estos dos partidos en ciertos momentos han hecho alianza hasta con el PRI para no perder el registro.
Y HABLANDO DEL PRI, QUÉ TAN mal andará, que Eugenio Govea los acusó hasta de quererle quitar las plurinominales de la chiquillada, porque temen un derrumbe de pronóstico reservado en las próximas elecciones. De ese nivel se perciben las cosas con el tricolor.