Cuando estrenó, el 20 de junio de 1975, hace 45 años, dirigida por un joven Steven Spielberg de 27 años, Tiburón se convirtió en la película más exitosa de todos los tiempos e inauguró una nueva era en Hollywood. Tiburón cambió la forma en la que el cine se concibe, se promociona y se consume: fue el primer blockbuster.
Su éxito demostró que las películas podían ser eventos no con el paso de los meses y años, sino desde antes de su estreno. Tiburón convirtió ir al cine en una experiencia colectiva, el público empezó a aplaudir durante las proyecciones y batió el récord de la taquilla mundial con 490 millones de dólares. Hasta el libro que detallaba el rodaje, The Jaws Log, logró altas ventas porque ante las nuevas tecnologías cinematográficas, el público sentía genuina curiosidad por averiguar cómo se hacían las películas.
Por supuesto, las críticas de Tiburón la señalaron como el principio del fin del arte cinematográfico: “Una película ruidosa y aturullada que tiene menos pensamientos que un niño en una playa” (New York Times), “uno se siente como una rata recibiendo electrochoque” (The Village Voice), “un atracón desconcertante para los glotones de los sentidos” (Commentary).
Sin embargo, Tiburón aumentó las expectativas de los estudios respecto al potencial económico del cine y animó al público a no ser solo espectador sino también participante de la experiencia cinematográfica y demostrando que el verano podía ser una época viable para estrenar películas.
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