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espectáculos

Estrellas del Cine de Oro Mexicano que siguen brillando

Notimex | 05/06/2020 | 17:07

Desde sus inicios, a principios del siglo pasado, la cinematografía mexicana ha jugado un papel trascendental como un vehículo de  reforzamiento de valores y de identidad nacional gracias a sus historias, personajes e intérpretes.
 
La influencia del cine no sería posible sin los actores y actrices que en todas las etapas de la historia de la cinematografía nacional han sido los responsables de dar esos tonos, voces, caracterizaciones y matices que cautivaron al espectador en las salas cinematográficas y que lo siguen haciendo en la actualidad gracias a la televisión.
 
Hoy día, todavía es posible disfrutar de la presencia de algunas de esas figuras que fueron protagonistas de algunos de los filmes más representativos de aquella época dorada del cine nacional, y que con el paso del tiempo se han vuelto aún más valorados y queridos, algunos en el retiro y otros, todavía en los sets de filamción y en los foros de grabación.
 
Algunas de esas estrellas acompañaron a grandes histriones como Luis Aguilar, Katy Jurado o Pedro Armendáriz, por mencionar algunos, y por ello se les recuerda con admiración.
 
Rosita Quintana
 
Nacida en Buenos Aires, Argentina, en 1925, debutó a los 15 años como la cantante principal de La orquesta de los hermanos Caro, una de las más reconocidas de la época, lo que la llevó a recibir innumerables ofertas de trabajo como intérprete de tangos. Sin embargo, fue gracias al actor mexicano Jorge Negrete, que Rosita encuentra su vocación en México.
 
Luego de que Negrete presenciara uno de sus espectáculos en Argentina, la invitó a trabajar a México, debutando en el famoso centro nocturno El Patio, desde ese momento decidió hacer de la tierra azteca su hogar, por lo que pronto obtuvo la nacionalidad mexicana.
 
Su incursión en la cinematografía nacional no tardó en llegar, y en 1948 se integró al elenco de La Santa del Barrio del director Chano Ureta, a la que siguieron otros roles menores. El reconocimiento llegó con Calabacitas tiernas, al lado de Germán Valdés “Tin Tan”, debido a su talento para la comedia.
 
Su filmografía consta de 59 títulos entre los que destacan Mala hembra, El mil amores, Cielito lindo y El zarco, por mencionar algunas. Además de haber compartido créditos con personalidades como Pedro Armendáriz, Arturo de Córdova, Miguel Aceves Mejía, Fernando Casanova y Pedro Infante; además de que protagonizó el filme de Luis Buñuel Susana, en 1951.
 
La década de 1960 fue particularmente contrastante en su vida, pues mientras recibía el premio Perla del Cantábrico en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, como Mejor actriz en la cinta El octavo infierno, también tuvo que poner en pausa su carrera tras un accidente automovilístico que la mantuvo en coma; por la misma época falleció su esposo y se quedó sola al cuidado de sus dos hijos.
 
Además de que participó en varias cintas producidas en la Época de Oro del Cine Mexicano, Quintana participó en varias producciones televisivas, las más notables fueron La Intrusa, La Dueña y Abrázame muy fuerte. Su última incursión en la pantalla chica fue en 2005 con Peregrina; mientras que en el cine su última aparición la hizo en Club eutanasia, en el mismo año.
 
Galardonada en 1954 como Mejor Actriz en el Festival de Cine de Moscú; en el de Berlín en 1956; Rosita Quintana recibió un Ariel de Oro en 2016 debido a su trayectoria y en 2017 fue motivo de un homenaje en el Lunario del Auditorio Nacional.
 
“A México le debo lo que soy”, es la frase con la que Quintana agradeció al país por una carrera llena de éxitos, y con la que se le ha conocido a lo largo del tiempo. A sus 95 años se encuentra retirada de los reflectores.
 
Amalia Aguilar
 
Cubana de nacimiento, pero nacionalizada mexicana, Amalia Isabel Rodríguez Carriera, su nombre real, es una actriz que se destacó, sobre todo, en el subgénero del cine conocido como "de rumberas" de la Época de Oro del Cine Mexicano, compartió escenas con figuras como Silvia Pinal, Pedro Infante, Adalberto Martínez “Resortes” y Ángel Garasa por mencionar algunos.
 
En 1944 comienza su carrera como bailarina al lado de su hermana, mismo año en que el bailarín cubano Julio Richard la descubre y decide lanzarla a la fama en México; un año después debuta como protagonista de Pervertida, del director José Díaz Morales.
 
Aunque su fama llegó de la mano del cine de rumberas, Aguilar decidió inclinarse por los melodramas, las comedias y los musicales entre los que destacan Ritmos del caribe, Al son del mambo y Mis tres viudas alegres, faceta que alternaba con sus presentaciones en el Teatro Lírico y el centro nocturno Waikikí.
 
Cabe destacar que en 1947, filmó su única cinta en Hollywood A night in the Follies, al lado de María Antonieta Pons, Meche Barba, Ninón Sevilla y Rosa Carmina.
 
Aunque no tiene una filmografía tan amplia como otras representantes de la época (25), Amalia Aguilar logró consagrarse como una de las más reconocidas actrices de las décadas de 1940 y 1950. Durante los años sesenta, y tras su matrimonio con Raúl Beraún, se aleja de los reflectores, y radicó en Perú, donde estudio cultura de belleza y fundó su propio salón.
 
A su regreso a México, a finales de los setenta, realizó una temporada musical en el Teatro Blanquita con Adalberto Martínez "Resortes" y Rosa Carmina, pero en 1981 vuelve a Perú para protagonizar los espectáculos Perú… te traigo un son y Salsa Caliente.
 
En 2003, tras 46 años retirada de las películas, hace una aparición especial en la cinta Dame tu cuerpo, de Rafael Montero, al lado de Rafael Sánchez-Navarro y Luz María Zetina; en 2006 fue galardonada con la Diosa de Plata en reconocimiento a su trayectoria; mientras que en 2010 le fueron entregadas las Llaves de la Ciudad de Miami, Florida de manos del alcalde en turno Tomás Regalado. Actualmente se encuentra retirada, y periódicamente actualiza su propia página de Facebook con recuerdos de su trabajo.
 
“Les deseo que estén bien y cuidándose mucho, no salgan de casa es peligroso, debemos estar en unión, yo estoy en mi casita porque mi familia me dice que no debo salir y más por mi edad que es peligroso, no entiendo mucho pero solo le pido a Diosito que los proteja y que saldrán adelante, se me cuidan mucho y gracias por aún pensar en mí, por siempre Amalia Aguilar”, escribió en abril pasado.
 
Rosa Carmina
 
De apellidos Riverón Jiménez, Rosa Carmina es una actriz de origen cubano radicada en México por muchos años, donde es conocida como una de las estrellas principales de la Época de Oro del Cine Mexicano, tras debutar en la cinta de Juan Orol Una mujer de Oriente en 1946, quien la reclutó como parte fundamental de su equipo fílmico.
 
Carmina, aunque reconocida por el género del cine de rumberas, hizo historia en México, al participar de las cintas El reino de los gangsters y su secuela Gangsters contra charros, que hoy en día son consideradas de culto dentro del llamado “cine negro mexicano”, además de ser reconocidas a nivel mundial.
 
Tania, la bella salvaje, En carne viva, Sandra, la mujer de fuego, El infierno de los pobres y la célebre Bellas de noche, son algunas de las cintas en las que participó, además de ser dirigida por respetados directores como Miguel Contreras Torres, Ignacio Iquino, Benito Alazraki y Arturo Ripstein.
 
También destacó en teatro en el género de revista, donde compartió con figuras como Libertad Lamarque y Los Panchos. Protagonizó la puesta en escena La gesticuladora y ¡Ah, qué muchachita!. Su último trabajo en teatro fue en el espectáculo en solitario Rumba, poseía y canto, donde alternaba canciones de sus películas con poesía cubana y danzas.
 
Rosa Carmina participó en 45 producciones cinematográficas, 7 melodramas televisivos y una serie de terror (La hora marcada), que hoy son su legado a través del que se le recuerda, pues se mantiene en el retiro desde principios de la década de 1990. Actualmente vive en Barcelona, España.
 
Alfonso Mejía
 
Nacido en la Ciudad de México el 16 de noviembre de 1934, miembro de una familia de clase media que habitaba en la popular colonia Roma, Alfonso Mejía inició su carrera en la actuación en 1950 como el protagonista de Los olvidados, del cineasta Luis Buñuel, cinta que es considerada memoria de la humanidad por la UNESCO.
 
Fue gracias a su talento natural para la actuación, así como por su rostro notoriamente expresivo, que Mejía fue seleccionado por Buñuel para interpretar a “Pedro”, no obstante, su carrera estuvo a punto de ser truncada ante la negativa en México de exhibirla, pues era considerada demasiado cruda, incluso el actor Jorge Negrete fue uno de los principales opositores, pues aseguraba que ofrecía una imagen que “no correspondía a México”.
 
Tras su fracaso en taquilla y posterior éxito en el Festival de Cannes, Los olvidados, además de significarle un premio Ariel como Mejor actor infantil, le abrió grandes oportunidades a Alfonso, quien durante mucho tiempo fue llamado “el máximo héroe juvenil de las películas mexicanas”, esto a mediados de la década de 1950.
 
Entre los títulos de su vasta filmografía destacan Padre Nuestro, El túnel, por las cuales fue nominado nuevamente al Ariel, y Mi esposa y la otra. Durante su carrera logró compartir créditos con personalidades de la talla de Arturo de Córdova, Marga López, Maricruz Olivier, Irán Eory y Mario Moreno "Cantinflas".
 
Luego de filmar 31 cintas entre 1950 y 1970, contrajo matrimonio con una de sus seguidoras de nombre Carmelita, y se retiró del cine para vivir en la ciudad de Chihuahua, donde hace pocas apariciones públicas, la más reciente en 2010 cuando se presentó en Saltillo, Coahuila, para la celebración por los 60 años de la cinta que lo consagró en la cinematografía nacional.
 
Ignacio López Tarso
 
De nombre Ignacio López López y nacido en la Ciudad de México en 1925, Ignacio López Tarso es una de las pocas figuras vivas del llamado Cine de Oro Mexicano, no obstante, su debut se dio en el teatro, cuando formó parte de una adaptación de La Celestina, de Fernando de Rojas, en 1953; en la misma época también formó parte de los montajes Las mocedades del Cid, de Guillén de Castro y Don Juan Tenorio, de José Zorrilla.
 
Su primer trabajo cinematográfico corresponde a La desconocida, de 1954, desde entonces no ha parado de trabajar tanto en el cine como en la televisión, el teatro y el doblaje; además de haber grabado ocho materiales discográficos de corridos o en los que declama versos, que hoy son considerados clásicos de la música folclórica mexicana.
 
Entre las 52 cintas en las que participó, se reconocen como las más emblemáticas Nazarín, La cucaracha, Cri Cri, el grilito cantor, La vida inútil de Pito Pérez y Los hijos de Sánchez, sin embargo, su personaje insignia es “Macario”, de la cinta del mismo nombre rodada en 1959 y dirigida por Roberto Gavaldón.
 
En la televisión, el histrión también ha hecho lo propio en producciones como El derecho de nacer, El carruaje, Senda de gloria, Imperio de cristal, Esmeralda, La que no podía amar, las más notables, ademas de su participación en series como El Pantera y Como dice el dicho.
 
Ganador del Ariel como Mejor actor por la cinta Rosa Blanca, y posteriormente del Ariel de Oro, en 2014, por su trayectoria fílmica, Ignacio López Tarso se encuentra activo en la actuación, sus últimos trabajos corresponden a Médicos, línea de vida, de 2019, historia en la que interpretó a “Héctor”; y recientemente colaboró en el proyecto Desde la distancia con mis amigos de Mario Iván Martínez, en el que leyó el cuento El ratón y el león.
 
En una reciente entrevista con la periodista Flor Rubio, Lopez Tarso reconoció que le urge volver a trabajar, pues la actual emergencia sanitaria lo ha mantenido lejos de los escenarios: “Yo cerré mi trabajo en el teatro en octubre y hasta este momento no he trabajado un solo día en el teatro. Eso para mí es desesperante, eso para mí ya es el colmo, ya no sé qué hacer”.
 
Yolanda Montes “Tongolele”
 
Conocida como “La Diosa Pantera” o simplemente como “Tongolele”, Yolanda Yvonne Montes Farrington es una actriz y bailarina mexicana nacida en Estados Unidos, que se convirtió en uno de los más símbolos sexuales de la cinematografía nacional, pero sobre todo del Cine de Oro Mexicano.
 
Muy joven descubrió su pasión por la danza y comenzó a trabajar en el Ballet Internacional de San Francisco, como parte de una revista tahitiana; y posteriormente llegó a México traída por el empresario Americo Mancini. En nuestro país debutó en el cabaret Tívoli con un espectáculo al que se sumaron temporadas en teatros, salones y cabarets.
 
Su carrera cinematográfica se derivó del impacto que tuvo en los centros nocturnos, por lo que fue invitada a participar en la cinta Nocturno amor, en 1947. Un año más tarde protagoniza una popular cinta escrita para ella, ¡Han matado a Tongolele, dirigida por Roberto Gavaldón.
 
Aunque la mayoría de sus apariciones en cintas son como estrella invitada que realiza algunas rutinas de baile, “Tongolele”, fue la única bailarina exótica, de sus contemporáneas, en tener una carrera cinematográfica en la que logró compartir los sets de filmación con figuras como Edith Piaf, Libertad Lamarque o Elizabeth Campbell.
 
Veintiocho piezas cinematográficas conforman su legado, así como 2 telenovelas, no obstante, su importancia como parte del universo fílmico mexicano ha sido reconocido con un Premio a una vida en el escenario, durante las Lunas del Auditorio en 2010; un Premio ACE, un Premio al Mérito Cultural y la Medalla Agustín Lara.
 
Además, la Universidad Nacional Autónoma de México la distinguó en 2011, al lado de la fallecida Evangelina Elizondo, cuando ambas fueron invitadas a ofrecer la conferencia “El cine mexicano de la posguerra” en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán.
 
Actualmente Yolanda Montes “Tongolele” vive en el Estado de Puebla de Zaragoza donde, su amiga la también actriz María Victoria, asegura, “está muy bien, en una mansión muy bonita. La quieren mucho. Lo que pasa es que aquí tiene su casa, pero no quieren los hijos que se venga porque vive sola, se vaya a caer o algo, y no la dejan venir”.
 
Rosita Arenas
 
Nacida en Venezuela, pero mexicana por decisión, Rosita Arenas vio la luz por vez primera el 19 de agosto de 1933, antes de destacarse como una de las mujeres más bellas y talentosas de la Época de Cine de Oro en México, fue coronada como Reina de la Primavera de la Ciudad de México, concurso en el que fue precedida por María Félix y Elsa Aguirre.
 
Al momento de ganar el certamen de belleza, Arenas estudiaba Contaduría, carrera que dejó para abrazar el sueño de convertirse en actriz, por lo que debutó en 1950 en la cinta Anacleto se divorcia, del director Joselito Rodríguez. Al cabo de dos años, le ofrecen su primer protagónico en María del mar de Fernando Soler.
 
Entre 1950 y 1994, Rosita Arenas filmó 68 producciones fílmicas, las más importantes fueron ¿Qué te ha dado esa mujer?, de Ismael Rodríguez; El genial detective Peter Pérez, La hija del ministro y El Bruto, en las que se trabajó al lado de figuras como Ramón Gay, Katy Jurado, Pedro Armendáriz y Antonio Espino “Clavillazo”, por mencionar algunos.
 
Tras su primer matrimonio y posterior divorcio, Rosita se casa con el actor Abel Salazar, por lo que para 1963 filma con él la cinta La maldición de la Llorona, tras la que se retira para atender a su familia, no obstante, luego de su segundo divorcio, regresa a la actuación en telenovelas como Senda de gloria y Tenías que ser tú.
 
Su regreso al cine, luego de casi 30 años, se dio con Cambiando el destino, de 1992, en el papel secundario de la “Madre Superiora”; y finalmente culmina su carrera con el videohome ¿Me permites matarte?, en el que interpreta a la madre del personaje de la actriz Lina Santos.
 
Actualmente, Rosita Arenas se encuentra retirada de la actuación y vive con su tercer esposo, René Parlange. A principios de 2020, la actriz ofreció una entrevista para el programa 24 x Segundo, en la que reveló dificultades al trabajar con Luis Buñuel, además de los personajes que más ha disfrutado.
 
Las anteriores son estrellas consagradas en la memoria del público, que hoy en día permanecen como leyendas vivas de la cinematografía nacional, conocidas mundialmente por haber dotado a las producciones fílmicas mexicanas, una magia que no ha podido ser igualada.