Miguel Ángel Guerrero | 01/06/2020 | 16:44
Es por demás los hechos demuestran que somos una sociedad irremediablemente indisciplinada y en un buen grado irresponsable como se vio en la reapertura de la primera etapa del regreso a la normalidad por lo que, lamentablemente, por esa razón pende sobre los potosinos la amenaza de regresar al confinamiento ante el riesgo de que se registre un rebrote del coronavirus.
La prueba de que no tenemos remedio en eso de respetar las elementales normas sanitarias por la contingencia a pesar de los reiterados llamados de las autoridades de salud a tener bien claro que la pandemia no se ha terminado Y que persiste el riesgo de contagios por el covid- 19 en virtud de que no han dejado de registrarse más casos positivos al igual que las defunciones por esa enfermedad empezó a darse el domingo en el tianguis de las vías donde la gente se volcó en masa que en su mayoría no portaba cubrebocas ni se desplegó estrategia alguna para inducir el mantenimiento de la sana distancia ocasionando una gran aglomeración desordenada de personas que podrían dar lugar a que los próximos días provoquen un disparo en el número de casos confirmados o sospechosos, como tampoco los vendedores respetaron su compromiso de vender únicamente productos esenciales como alimentos o medicinas pues de nuevo se dio la venta de todo tipo de mercancías.
Sin embargo la peor muestra de que la sociedad potosina no parece tener remedio en estas cosas se presentó desde la mañana de este lunes 1 de junio al darse la voz de arranque al reinicio de un buen número de actividades productivas y sustentables lo que originó que la gente saliera en masa a tomar las calles, decíamos aún sin las obligadas medidas mínimas de protección contra los contagios como esta columna pudo constatar en un breve recorrido por el centro histórico de la ciudad a bordo de un vehículo cuyas calles eran transitadas por miles de personas con cierto aire festivo principalmente las calles Hidalgo, Zaragoza Carranza y en general las de los alrededores de la plaza de armas, como igualmente se vieron atestadas las instituciones bancarias en las que se pudieron ver largas filas de gente esperando turno para entrar sin nadie que ordenara el acceso estampas que se repitieron en los cajeros automáticos que estuvieron en servicio ante los que se amontonaban los cuentahabientes.
En fin, es posible que aquellos que tomaron las calles desde el lunes sin protección ni precaución, lo sigan haciendo los siguientes días con el peligro de echar a la basura los esfuerzos hechos por las autoridades para contener el avance de la pandemia y generen un sentimiento de frustración en lo que respetaron al pie de la letra el distanciamiento social y particularmente el distanciamiento social permaneciendo en cuarentena toda la jornada nacional de la sana distancia, sea por Dios.