Plano Informativo | 01/06/2010 |
Actualmente, México ocupa los dos primeros lugares a nivel mundial en obesidad en la población infantil y adulta, este padecimiento es el desencadenante de diversas enfermedades crónicas y degenerativas; en este contexto, se calcula que dentro de 15 años, el número de personas que padecen algún padecimiento crónico se duplicará, por lo que hoy, la prevención tiene suma importancia.
Las enfermedades que padece el organismo, no solamente pueden tratarse desde el punto de vista médico, sino también desde el aspecto psicológico, puesto que al estar enferma, una persona sufre alteraciones en su manera cognitiva, lo que le lleva a cambiar su conducta y actividades. Un ejemplo de la incidencia que tiene la psicología en la salud, es que desde 1954 la Organización Mundial de la Salud define este concepto como el bienestar físico, psicológico y social de una persona.
El doctor en psicología por la Universidad Autónoma de México, Sergio Galán Cuevas, especialista en el tratamiento de enfermedades crónicas y degenerativas, indica que debido a la afectación que causa cualquier padecimiento al ámbito cognitivo, todas las enfermedades están asociadas a un componente psicológico; enfermedades comunes y no tan complicadas como una gripe, alteran la conducta humana, pues la persona prefiere dejar de hacer algunas actividades con tal de recuperarse pronto, señala.
En el caso de las enfermedades crónicas y degenerativas, se trata de padecimientos que tendrá la persona durante toda su vida, mismas que le obligan a cambiar su conducta, sus hábitos alimenticios, su actividad física y otros aspectos de su actuar; es aquí donde interviene la psicología, puesto que “la parte esencial del trabajo psicológico es modificar el comportamiento de las personas”, y en este caso, ayudar a la persona a que adopte nuevas conductas que le permitan sobrellevar su enfermedad.
PERO, QUÉ TAN ACEPTADO ES PEDIR AYUDA PSICOLÓGICA
Aunque uno de los obstáculos con los que ha tenido que luchar la psicología es la idea de que solamente las personas “locas” acuden al psicólogo, ya es más “permisible” solicitar ayuda estos profesionales en diversas situaciones. Además, para reforzar la confianza de la ciudadanía en esta rama de las ciencias sociales, se puede decir que la psicología clínica constantemente comprueba sus procedimientos y prueba la efectividad de los mismos.
El investigador en psicología, comenta que muchas personas aún tienen dudas respecto a los procedimientos psicológicos, “hay manera de demostrar que las intervenciones psicológicas contribuyen a la salud”. En el caso de las enfermedades crónicas y degenerativas, los centros de salud cuentan con grupos de ayuda mutua en los que las personas pueden intercambiar experiencias y así, aprenden a lidiar con su enfermedad.
Sin embargo, ahora existe otro conflicto, pues en el estado solamente se cuenta con entre 10 y 15 psicólogos especialistas en enfermedades crónicas y degenerativas, quienes además se preparan para cada padecimiento específico y buscando estrategias que lleven a la población a prevenir este tipo de enfermedades para evitar el “futuro catastrófico” que se prevé llegará en caso de no tomar medidas oportunas.
CÓMO PREVENIR
El doctor Sergio Galán, es claro al señalar que enfermedades como la diabetes de heredan genéticamente o se heredan socialmente, esto porque una de las formas de aprendizaje del humano, es la social, donde una persona adopta conductas a través de lo que observa en el comportamiento de quienes la rodean; “por un ejemplo un niño que aprende a ponerse los zapatos, aprende viendo a los papás”, lo mismo pasa con los hábitos alimenticios.
Al ser pequeños, los hijos solamente pueden comer lo que le dan los padres, con quienes pasa los primeros años de su vida, tiempo en el cual desarrolla gusto por los alimentos que le preparan en el hogar, la forma en que se cocinan y el tipo de comida del que se trata. Así, cuando los padres tienen tendencia a los alimentos con alto contenido en carbohidratos y azúcares, el hijo crecerá con los mismos gustos alimenticios.
Este tipo de alimentación poco saludable, deriva en enfermedades como diabetes, hipertensión u obesidad, y así como los padres pudieran experimentar alguno de estos padecimientos, los hijos estarían heredando la misma enfermedad al presentar hábitos alimenticios similares, “se puede predecir con 20 años de anticipación si será diabético, solamente hay que ver lo que come y su gasto de energía”.
Y a pesar de que en una época de la vida, como la adolescencia, el hijo puede optar con conductas alimenticias distintas a las de los papás, con el tiempo puede retomar el tipo de alimentación con el que ha crecido; debido a ello, se vuelve fundamental que la familia completa adopte conductas de alimentación, recreación y convivencia más saludables, para que así, los hijos crezcan y adopten hábitos que les permitan desarrollar una vida más sana.
De esta manera, podría decirse que las políticas recién implementadas para combatir la obesidad y el sobrepeso en México, que están encaminadas a modificar conductas alimenticias y físicas en las escuelas, están mal enfocadas, ya que el problema no se encuentra en los centros escolares, sino en el hogar de cada niño. Además, es ahí en donde los menores pueden estar conviviendo con una persona que ya padece una enfermedad crónica o degenerativa.
El doctor en psicología explica que otra de las problemáticas que se presentan en el hogar, es que se visualiza a la persona con una enfermedad crónica o degenerativa como un conflicto para la familia, ya que tiene que consumir cierto tipo de alimentos, cambiar sus rutinas de actividad física, enfrentar el estrés de manera distinta, entre otras modificaciones; sin embargo lo que pudiera parecer un problema, es una oportunidad para que la familia entera prevenga llegar a la misma situación, así, los hijos no aprenderán a ser diabéticos, hipertensos, u obesos, sino que aprenderán a ser saludables.
Además de la modificación de los hábitos alimenticios y de actividad física, Galán Cuevas señala la necesidad de que se invierta la forma en que se están aplicando los recursos en el sector salud. Esto porque comenta, actualmente, el 90% del presupuesto asignado al sector, se destina para tratar enfermedades, y el solamente el 10% restante se aplica en medidas o campañas de prevención de enfermedades.
Debido a ello, señala que en realidad los centros de salud “son centros de enfermedad”, pues las personas solamente acuden al médico cuando están enfermas, pocos ciudadanos se realizan chequeos generales para mantener un estado físico saludable, esto a pesar de que es “más barato” mantenerse saludable que atenderse por una enfermedad. En este sentido, recomienda que las personas y los centros de salud, le apuesten más a la prevención para evitar situaciones más graves en el futuro, pues de seguir la tendencia en enfermedades crónicas y degenerativas, llegará el momento en que se duplique el número de personas que las padecen.