Preocupante debe ser que el número de menores que son atendidos en las casas hogar aumente en lugar de disminuir, pues significa que los problemas sociales también van a la alza. En numerosas ocasiones esos espacios tienen que albergar a niños que se encuentran en total abandono o que son maltratados por sus padres o familiares, con secuelas de problemas físicos y emocionales que traen consigo. Ni hablar, poco hemos avanzado para acabar el problema.