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La nueva normalidad y los gritos desesperados

Leopoldo Pacheco | 14/05/2020 | 01:28

LO QUE CONOCEMOS COMO EL regreso a nuestra vida cotidiana, amigo lector, no lo será y desde mi punto de vista no debe serlo, al tiempo que mucho de lo que fue este aislamiento voluntario para muchos en San Luis Potosí, hay que reconocerlo, no fue para la mayoría, es más podríamos asumir que fue para pocos. Y ahora que se anuncia el proceso por el cual se está planeando cómo debería ser integrarnos nuevamente al trabajo, a los negocios y a la propia vida social, no escapará al hecho de que la amenaza que nos hizo adoptar la cuarentena por la pandemia de coronavirus, no desaparece a pesar de todo, e incluso de la incredulidad de muchos que no vieron nunca realmente en esto un riesgo para su salud ni la de sus familias.

 

EN ESTE ASPECTO Y TRATANDO UN poco más el tema de la forma que en lo particular la administración estatal estará sorteando el que sea posible regresar a una nueva normalidad, el factor económico de cómo tendrá que ser necesariamente uno de los puntos más importantes en el sentido de la factibilidad para que la parálisis económica que sufrieron muchos empresarios, sobre todo pequeños y medianos en sus tiendas y comercios, pueda nuevamente ponerse en marcha, tras el conocimiento cierto de los empleos que se perdieron.

 

DE AHÍ PARTEN EN HORAS recientes los temas que han causado controversia a nivel de la opinión pública sobre cuál será la estrategia gubernamental, una vez que despertó una gran cantidad de reacciones la posibilidad de contratar deuda para hacer frente a esta situación de gastos extraordinarios que realizó el gobierno que encabeza Juan Manuel Carreras López, por la contingencia.

 

EL MANDATARIO ESTATAL PUSO DE manifiesto que al contrario de lo que se habría de asumir, su administración logró sentar un precedente importante más bien en la disminución de la deuda heredada y no de la contratación de más compromisos que pudieran afectar a las arcas públicas.

 

SIN EMBARGO NO FALTARON LAS voces, y quiero mencionar algunas, que llamaron mucho la atención como la de los políticos panistas que propusieron la venta de los invernaderos, ya olvidando por completo que en su momento fueron avales e impulsores de dichos proyectos hortícolas cuando se trajeron a San Luis Potosí, y que se debe reconocer que para muchos significaron el rescate de un sector históricamente abandonado.

 

PERO NO DEJA DE SER EL COSTO y el interés político lo que ante cualquier idea se trepa en San Luis Potosí, enmascarándose de interés público.

NO VAMOS A REGRESAR A LA normalidad, porque si aprendimos la lección sabremos que hay cosas que son más importantes y que debemos cuidar, en primer lugar nuestros hábitos, nuestra interacción social y sobre todo nuestra calidad humana ante quienes menos tienen y lo que realmente necesitamos para dejar de lado nuestros voraces afanes de consumo y depredación del medio ambiente.

 

SERÍA UNA BUENA FORMA DE empezar a cambiar y es lo que también se notan que nos exige la propia naturaleza a la cual parece ya tenemos harta cómo especie. Pudimos haber aprendido, por dura que fuera dicha lección, que como especie no somos indestructibles y que sí es posible que desaparezcamos de forma masiva.

 

USTED Y YO, AMIGO LECTOR, NO me dejará mentir en nuestros dispositivos móviles o tal vez en la computadora de sus hogar, nos encontramos testimonios, mensajes y videos de “expertos” del país y del extranjero considerando toda esta crisis como una farsa. Y no tenemos la certeza ni siquiera ellos más allá de la simple presunción, pero que sea válida cada vez más en la desesperación de muchos ciudadanos, que necesitan reactivar su economía y esto, aseguran, parece más que un ataque viral más bien un ataque económico.

ESO SE TRADUCE EN EL HECHO DE no sentir que de manera cercana la gente se esté enfermando y esté muriendo. Es triste y pragmático pero es cierto, y más aún lo es la urgencia de sobrevivir económicamente por encima de la salud. Esos mensajes, esos ataques y la descalificación a la autoridad, refieren y adquieren fortaleza en los ciudadanos que no van a esperar a que les lleguen despensas por no salir a trabajar por miedo.

ESE ES UNO DE LOS PUNTOS EN los cuales valdrá la pena observar a ver qué tanto se puede lograr con lo que llaman nueva normalidad, en una sociedad que tiene ya más desesperación y hambre que miedo a un virus que no ven.

HASTA LA PRÓXIMA.