La política es un gran campo para cosechar beneficios y eso los Azuara lo saben muy bien. Xavier el más grande, fue funcionario del ex mandatario Marcelo de los Santos, ex diputado local, dos veces diputado federal y ex presidente del Pan en San Luis Potosí es la cabeza y dueño del teatro guiñol pintado de azul.
Xavier Azuara, actual legislador federal le ha sabido sacar provecho a su paso por los diversos puestos que ha ocupado. No se nos debe olvidar que en su momento votó por el aumento a las gasolinas, por la reforma electoral, votó a favor de la reelección de diputados, pero mañosamente votó en contra de la revocación de mandato y no hace mucho votó en contra de la reducción del dinero público a los partidos políticos. Siempre actuando en contra de la ciudadanía y en favor de los intereses particulares.
Experto en mover sus piezas, ha sabido colocar a sus alfiles, familiares, conexos y similares en diferentes puestos públicos para exprimir el erario con singular alegría. Incluso tenía como integrante de la fuerza área del Congreso Estatal a su suegro Rafael Solorio.
Digamos que Xavier Azuara es algo así como el “Laurent Mourguet” en el partido blanquiazul. Mourget fue, por cierto, el creador del teatro guiñol en 1795 en Francia. El teatro de guiñol es un espectáculo que se caracteriza por contar historias con títeres, marionetas o muñecos de guante o varilla.
En el cabido de la capital también mueve a su gusto y con habilidad a otros dos Azuara: Christian, que llegó de forma amañada al cabildo de la capital de San Luis Potosí, ya que al poco tiempo de tomar protesta el regidor titular Víctor Hugo Briones Márquez solicitó licencia en diciembre del 2018. Esta es una práctica sumamente cuestionada y muestra los huecos de la "democracia" mexicana que son aprovechados por este tipo de políticos voraces, que buscan a todas luces beneficios personales. Este sujeto embona perfectamente en la mano de su autor.
Este regidor hoy convertido en un sujeto prepotente, lengua larga y brabucón de poca monta, pretende ocupar espacios en los medios de comunicación y en la política estatal por sus constantes espectáculos teatrales. Ávido de reflectores, busca a toda costa la forma para aparecer en las noticias con un descarado protagonismo.
David, el hermano de Xavier, fue colocado en la administración de regidores. Se siente casi dueño de los recursos que maneja y casi se encumbra como el regidor número dieciséis. Varios medios han denunciado su proceder autoritario, déspota y prepotente. El simple hecho de saber que fue colocado ahí por el dueño del teatro, lo hace creer que es omnipotente y puede hacer y deshacer.
Este actuar de los tres Azuara solo refleja cómo ven la política y la función pública. Viven en su mundo irreal pero ignoran que son empleados y muy pronto la ciudadanía ( que somos sus patrones ) tendremos la oportunidad de llamarlos a cuentas.