VUELVE EL EJERCITO A LAS CALLES

Tal vez como un acto reflejo de compensación hacia los gobernadores de los estados, luego de que a varios les ha negado auxilio económico para el combate  de la pandemia del coronavirus en las entidades, el presidente Andrés Manuel López Obrador les acaba de devolver el mejor aliado que pueden tener para enfrentar la delincuencia y principalmente al crimen organizado como es el ejército que por decreto presidencia podrá regresar a las calles a realizar esa tarea en coordinación con la Guardia Nacional cuerpo que, hasta ahora no rindió los resultados esperados en la inhibición del delito y vigilancia de las ciudades, desafortunadamente.

Como se difundió ayer AMLO promulgó un decreto en el que instruye al ejército y a la marina a coordinarse con la GN para retomar la tarea de combatir la delincuencia en las calles bajo la premisa de respetar los derechos humanos de la gente.

Seguramente los gobernadores de los estados son los más satisfechos con la decisión presidencial habida cuenta de que las fuerzas armadas han sido sus mejores aliadas en la lucha, fundamentalmente, contra el crimen organizado y más en aquellas entidades que han tomado como plaza de operaciones.

Como quedó demostrado desde el régimen de Felipe Calderón con su fallida guerra al narco si no hubo más de las 200 mil muertes provocadas por ese desigual enfrentamiento fue porque las fuerzas armadas salieron a hacerles frente en igualdad de condiciones principalmente en aquellas que tenían bajo su control a sangre y fuego como Michoacán, Guerrero y Sinaloa entre otras.

En el caso de San Luis Potosí como en varios estados más el apoyo de los elementos castrenses en el combate al crimen organizado caerá como anillo al dedo luego de que durante dos o tres administraciones se dejó prácticamente en el abandono a las corporaciones policiacas en lo que se refiere a capacitación y equipamiento lo que las colocaba en una evidente desventaja ante las bandas criminales que hacían gala de moderno armamento de alto poder así como poderosos vehículos automotrices mientras en lo que toca al armamento nuestros policías portaban antiguas e inservibles armas que muchas veces los hacía desistir de llegar al enfrentamiento armado así como a su persecución pues únicamente disponían de viejas carcachas medio destartaladas y en no pocas veces sin gasolina luego de que los jefes se habían agenciado las partidas destinadas a la de las patrullas.

En lo que hace a la inhibición del delito, con el ejército podrá intentarse con mayor efectividad luego de que poco se ha logrado en ese sentido con la guardia nacional y los agentesestatales y municipales de seguridad pública que no se atreven a incursionar los fines de semana en las conflictivas colonias del sur de la ciudad por temor a salir huyendo apedreadas o bajo el fuego de armas, lo que no sucede cuando patrulla un vehículo militar cargado de soldados por esos peligrosos rumbos.

Así entonces, con el apoyo del ejército y la marina las totalmente rebasadas corporaciones policiacas locales podrán hacer un papel menos lamentable del que han hecho frente al crimen organizado pues los militares cuentan con el equipo y el armamento para enfrentarlos en igualdad de condiciones por lo que podrían soplar mejores vientos e lo que hace al combate a la delincuencia, bienvenidos los militares por lo que se espera de ellos.