No dejes que la duda te lleve a perder la paz; porque podrás perder mucho, pero si pierdes la paz, lo habrás perdido todo. Paz, significa totalidad.
Y para vivir en paz, es necesario creer. Porque si vives dudando, vivirás angustiado.
Pero, ¿A quien le vamos a creer? Más ahora, que vivimos en un mundo contaminado de mentiras.
Porque no hay mayor esclavitud, que vivir a ciegas, y sin saber qué hacer. Por algo dijo Jesús: “…y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.(Jn.8,31)
Hoy dice el Señor: “No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí”. (Jn.14). No por cuidar de lo mínimo, perdamos lo más grande: la paz.
La vida necesita cuidados. Pero hay que revisar, ¿qué es lo que más cuidamos? Porque al cuidar lo secundario, desatendemos lo primario. Y lo más saludable, es conservar la paz.
Hoy vivimos con el miedo a ser defraudados; tal vez, por confiar tanto en el hombre, y no confiar en Dios.
Hoy lo dice San Pedro: “ Tengan presente que está escrito: HeaquíquepongoenSiónunapiedraangular, escogiday preciosa; elquecreaenella no será confundido”.(1 Pe.2,6) La fé en Dios, nunca defrauda.
Pero un hombre temeroso, es presa fácil de la confusión. A éste, cualquier mentira lo espanta.
Pero, si conservas la paz, también conservaras la inteligencia. Y ésta, es fundamental para tomar decisiones.
Ya lo dijo Santa Teresa: “Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza; quien a Dios tiene nada le falta: Solo Dios basta.
También dice el Señor: “Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aun mayores…”.(Jn.14,12).
Pbro. Salvador González Vásquez.