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Las dietas de la pandemia

Pedro Cervantes Roque | 08/05/2020 | 01:20

LA DIETA DE NUESTRA GENTE ESTÁ cambiando por la pandemia. Todos los días, la oferta de comidas elaboradas en casas particulares, lo mismo que en restaurantes que ofrecen comida para llevar, tienen una demanda que quizá no supere la venta que cotidianamente registraban antes del pandemónium, pero que ha servido para que el personal que laboraba y labora en esos negocios, pueda superar la crisis económica que nos envuelve a todos.

 

EL ENCIERRO FAMILIAR TIENE SUS bemoles. Quienes trabajan en casa y todavía tienen un sueldo, se organizan para pedir tal o cual alimento elaborado en los negocios que le he descrito, y reparten la cuenta. Entre todos, pesa menos el muerto. La cuestión es qué pedir. La conciliación del gusto culinario es, eventualmente, motivo de alguna discusión ligera entre familiares, o tal vez motive la toma de decisiones separadas en las que cada quien compra lo que le gusta, pero, al final de cuentas, existe una salida provisional frente a la reducción de operaciones en los negocios restauranteros.

 

EVIDENTEMENTE LA DIETA ESTÁ cambiando. Lo mismo se encarga tortas que hamburguesas, o platillos preparados especialmente que requieren un trabajo normalmente esmerado. La gente no acostumbra comer en casa cuando su trabajo está ubicado en la zona industrial, por ejemplo, y su horario es corrido. Quizá por eso el cambio no es notable, pero sí lo es el efecto que produce lo que ahora se come como efecto de esa ansiedad que genera el encierro. Quiero decir que uno de los efectos más notables del “quédate en casa” es la ansiedad de los encerrados. La vida social es, como bien se sabe, parte de la vida cotidiana de nuestra gente. El registro de más agresiones a las mujeres causa el rechazo de las féminas a estar un día más en la cocina, peor todavía si el agresor no lo merece.

 

UNA DE LAS SALIDAS A LA ansiedad que presentan algunas personas es la comida constante de diversos alimentos. De cualquier tipo y condimentación, el chiste es darle salida a la ansiedad. Hay quienes agregan al listado de efectos uno contrario a la ansiedad. La depresión que origina estar sin ver la calle, la avenida, los amigos y cuanto formaba parte de su cotidiano acontecer.

 

PERO TODO TIENE UN LADO amable. ¿Recuerda usted a los vendedores de alimentos que realizan su actividad cantando? En San Luis los gritos de vendedores de frutas, o el canto de aquel tortero que, en bicicleta, llevaba un canasto con tortas de lomo, aguacate o queso. Y quién no ha oído el clásico “panadero con el pan”, o las empanadas de Lalito que tenía su propia inspiración en el anuncio callejero.

 

LA VIVENCIA DE NUESTRAS preocupaciones por un virus que parece no entender que el encierro nos causa malestares, me conduce a los recuerdos de quienes, alguna vez en su vida, visitaron las fondas del mercado Hidalgo, o fueron a los tacos del Rojo, a las gorditas de Morales, o quizá a las gorditas de horno de El Saucito, etcétera. ¿Qué comemos hoy? Pues usted dirá.

pedrocervantesroque@yahoo.com.mx