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Los castillos más opulentos del mundo

Espresso | 05/05/2020 | 03:15

A lo largo de la historia, los castillos no solo han servido como palacios de recreo para algunos de los gobernantes más poderosos, sino también como fortificaciones contra la guerra, fuego de artillería, asedios y desastres naturales. Mientras que algunos de estos castillos distan mucho de nuestros hogares modernos en cuanto a comodidad (no cuentan con calefacción eléctrica ni aire acondicionado, o tienen camas duras y pasillos con corrientes de aire), para quienes ingresan en ellos, estos representan poder y opulencia gracias a sus detalles arquitectónicos, su arte y su gran tamaño. Aquí te mostramos algunos de los castillos más grandiosos de todo el mundo.

 

El Castillo de Windsor, Inglaterra

Esta lista no estaría completa sin el Castillo de Windsor, el cual ha sido una residencia permanente desde el siglo XI, cuando fue fundado por Guillermo el Conquistador. Por allí han pasado 39 monarcas como residentes, entre ellos, la actual reina Isabel II, quien vive allí los fines de semana y usa el Castillo de Windsor para hospedar a las visitas estatales.

 

 

El Palacio de Luxemburgo, Francia

El dramatismo visual del imponente Palacio de Luxemburgo solo es igualado por su historia. Esta instalación, construida en 1625 por Salomon de Brosse como un hotel y residencia para la reina María de Médici, albergó a miembros de la familia real y, durante un breve período, fue un museo, hasta la Revolución francesa, a fines del siglo XVIII, cuando se convirtió en una prisión. Siglos más tarde, aún se erige con orgullo, con vistas hacia los maravillosos Jardines de Luxemburgo. En la actualidad, el palacio alberga al Senado francés.

 

 

El Fuerte Amber, India

El imponente Fuerte Amber, situado en Jaipur, fue construido en el siglo XVI por el marajá Man Singh como su residencia privada. El fuerte combina estilos de diseño musulmán e hindú para crear un palacio totalmente único y opulento, que exhibe piedras color miel y rosado, toques dorados, elaborados mosaicos, habitaciones con paneles de mármol, y una red de jardines y arcadas que se entrecruzan por el fuerte.

 

 

El Castillo de Edimburgo, Escocia

Conocido como Castle Rock, el Castillo de Edimburgo se construyó en un volcán extinto y tiene una historia que data, como mínimo, del siglo II d. C. Este fue el hogar de la reina Margarita, quien falleció en el sitio en el año 1093. El castillo, residencia de miembros de la realeza y de prisioneros por igual (si bien en diferentes zonas de la vasta fortaleza), ahora es, en gran medida, una atracción turística, aunque ciertas partes están reservadas para uso militar.

 

 

El Castillo de Neuschwanstein, Baviera

El Castillo de Neuschwanstein, la inspiración para el castillo de la Bella Durmiente de Walt Disney, en Disneylandia, tiene una historia más siniestra de lo que sugeriría su apariencia de cuento de hadas. Su residente fundador, el rey Luis II de Baviera, comenzó a construir el castillo de sus sueños sobre los Alpes alemanes luego de que la guerra austro-prusiana le costara su poder. Tras 10 años de construcción, el rey finalmente estableció su residencia en 1886. Sin embargo, semanas más tarde, apareció misteriosamente muerto en su hogar. Desde entonces, ningún otro residente ha habitado el castillo (pero este continúa siendo un gran destino turístico para los viajeros de todo el mundo).

 

 

El Castillo de Glamis, Irlanda

La inspiración para Macbeth de Shakespeare, el Castillo de Glamis, tiene una extensa e interesante historia. Sus apreciados residentes han sido ejecutados por cargos de brujería. María, reina de Escocia, lo visitaba con frecuencia, y cantidades incalculables de prisioneros eran retenidos en habitaciones secretas. Durante un tiempo, nadie vivió allí en absoluto, dado que sus propietarios consideraban que tenía demasiadas corrientes de aire y que estaba muy aislado. Si bien no se adapta precisamente a la definición de lujoso, el Castillo de Glamis conserva una historia increíblemente rica.

 

 

El Castillo de Chambord, Francia

El Castillo de Chambord, construido en 1519 como una cabaña de cacería con estilo renacentista para el rey Francisco I de la dinastía Valois, continúa siendo el más grande del Valle del Loira. La instalación ostenta la increíble cantidad de 426 habitaciones, 77 escaleras y más de 800 columnas talladas. Si bien el rey original solo pasó unos 72 días en su adorada cabaña de cacería, el castillo sí vio pasar a miembros de la nobleza como sus estimados residentes; algunos de ellos fueron Estanislao I Leszczynski, exrey de Polonia; Mauricio de Sajonia; y el conde de Chambord, el último Borbón.

 

 

El Castillo de Praga

Increíblemente, el vasto Castillo de Praga se construyó alrededor del año 870, pero ha sido sometido a varias renovaciones y adiciones importantes a lo largo de los años. En primer lugar, San Venceslao (el buen rey de los tradicionales villancicos de Navidad) añadió una basílica y una catedral al terreno no mucho después de la construcción inicial. Desde entonces, se han anexado los palacios, entre ellos, el New Royal Palace, en el cual aún reside el presidente de la República Checa. El castillo y las tierras circundantes han sobrevivido a incendios y a varias guerras; la más reciente de estas fue la ocupación alemana en 1939, cuando Adolf Hitler se hospedó durante la noche.

 

 

El Castillo de Leeds

El enorme Castillo de Leeds se sitúa sobre 200 hectáreas de cuidados paisajes, frondosos jardines y viñedos, y ostenta mampostería de piedra normanda original. El rey Enrique VIII (con una triste fama debido a las distintas decapitaciones de sus cónyuges) y su primera esposa, Catalina de Aragón (con la que sencillamente anuló su matrimonio), vivían allí. Seis reinas medievales también pasaron por el Castillo de Leeds. La hija de Enrique III, Isabel I, por ejemplo, fue encarcelada en el castillo antes de su coronación.

 

 

El Castillo de Himeji

La construcción del resplandeciente castillo blanco de Himeji se completó en 1609, y este ha demostrado ser resistente a los terremotos, la guerra y el fuego. El castillo, situado en la ciudad de Kioto, comprende 80 edificios con más de 30 torretas conectadas por majestuosos jardines y senderos rodeados de cerezos. Desde su entorno prístino y los fosos del castillo, hasta su elegante interior revestido con madera, los elementos de piedra, madera y agua impregnan el terreno para ilustrar la relación de la humanidad con la naturaleza.

 

 

Palacio del Gran Maestre de los Caballeros de Rodas, Grecia

El Palacio del Gran Maestre de los Caballeros de Rodas, construido en el siglo XIV, no por un gobernante de la nobleza, sino por la hermandad célibe de los Caballeros Hospitalarios y el Gran Maestre al que servían, se empleó como fortaleza medieval y sede del gobierno. En el siglo XX, Benito Mussolini lo usó durante un breve período como una vivienda de vacaciones. Este castillo, un reluciente ejemplo de la arquitectura gótica en piedra, ha funcionado como un museo desde 1947.

 

 

El Alcázar de Segovia, España

El Alcázar (o palacio imperial), construido sobre un peñón de granito en Segovia, España, es uno de los castillos más famosos del país por su romántico entorno de cuento de hadas. Este se sitúa en la sierra de Guadarrama sobre la confluencia de los ríos Eresma y Clamores; su combinación única de estilos de diseño arquitectónico y de interior comprende un techo de estilo islámico, jardines musulmanes, y torretas románicas y torres en espiral.

 

 

El Palacio da Pena, Portugal

Durante sus cuatro siglos, este llamativo castillo situado en lo alto del Complejo Volcánico de Sintra, en Portugal, ha seducido a figuras históricas tales como, entre otras, Hans Christian Andersen y el compositor Richard Strauss. Con brillantes toques de revestimiento amarillo, ladrillo rojo y piedra gris-azulada, esta combinación de estilos arquitectónicos del siglo XIX está rodeada por un jardín de plantas y árboles exóticos de todo el mundo. El Palacio da Pena es un auténtico placer para recorrer, donde encontrarás novedosos elementos extraordinarios a cada paso del camino.

 

 

El Castillo de Vianden, Luxemburgo

El Castillo de Vianden, construido entre el siglo XI y el XIV, albergó a generaciones de condes de Luxemburgo hasta 1530. En 1820, el rey Guillermo I de Holanda subastó piezas del castillo, hasta que este quedó reducido a una pila de ruinas. Por fortuna, el castillo se restauró fielmente entre 1978 y 1992, luego de que pasara nuevamente a la custodia del estado. Ahora es uno de los destinos turísticos más populares de Luxemburgo y un testimonio de la complicada historia de la región.

 

 

Castillo San Felipe del Morro, Puerto Rico

El Castillo San Felipe del Morro, conocido comúnmente como El Morro, fue construido en la década de 1500. Luego de que los españoles ingresaran a Puerto Rico, la fortaleza se construyó para proteger a la colonia española contra los ataques navales por parte de piratas y de países opositores. En la década de 1800 se construyó un majestuoso faro, y rápidamente se prosiguió con la construcción de búnkeres, torres de vigilancia y artillería moderna. En la actualidad, el castillo se erige como un magnífico ejemplo de la fortaleza militar, y ostenta una plaza color amarillo vibrante rodeada por cuarteles militares, una capilla y otros espacios comunes.

 

 

El Castillo de Bodiam, Reino Unido

El Castillo de Bodiam del siglo XIV, que se eleva entre la niebla que se asoma desde un sereno foso, es un excelente ejemplo de la arquitectura medieval en Sussex del Este, Reino Unido. A diferencia de muchos castillos, toda la estructura se construyó en la misma época y exhibe un estilo arquitectónico uniforme, y ostenta elevadas torres que sirven a modo de miradores. El foso, innovador en esa época, también funcionó como un sistema de alcantarillado para las 30 letrinas a lo largo del terreno del castillo.

 

 

Castillo de Predjama, Eslovenia

El Castillo de Predjama, en Eslovenia, situado en la desembocadura de una cueva sobre un acantilado, es una impresionante fortificación gótica construida entre los siglos XII y XIII. En una oportunidad, supo albergar a Erazem Lueger, un caballero y barón ladrón comparado, por lo general, con Robin Hood, que más tarde falleció de un disparo de cañón tras ser traicionado por uno de sus aliados. Una de las características más singulares y románticas del castillo es su pasaje subterráneo desde el castillo hasta la cueva.

 

 

El Castillo Aragonés, Italia

El Castillo Aragonés, construido en una isla de traquitas frente a la costa de Nápoles, es una fortaleza medieval cuyas raíces se remontan al siglo V a. C., cuando Hierón de Siracusa construyó el primer pueblo en los terrenos del castillo. En las murallas de la fortificación se construyeron viviendas y, para el siglo XV, el castillo tenía una doble función, ya que se usaba como baluarte durante la guerra y como residencia real durante los períodos pacíficos. Ahora es de propiedad privada y funciona como un destino turístico.

 

 

El Castillo de Pierrefonds, Francia

El Castillo de Pierrefonds, conocido como “el disparate romántico del emperador”, situado a 80 kilómetros de distancia de París, se remonta al siglo XII; sin embargo, para el siglo XVIII, los años y las guerras siguientes habían diezmado el castillo. Las ruinas fueron compradas por Napoleón I y restauradas ambiciosamente sin un ojo afilado que permitiera preservar la precisión medieval histórica, ya que prevalecieron los caprichos de un emperador y se usó como referencia el lujoso estilo de otros castillos de la época y la arquitectura medieval.

 

 

El Castillo de Gravensteen, Bélgica

El Castillo de Gravensteen, construido en el siglo XII, en Gante, Bélgica, ha tenido múltiples vidas, ya que se usó como una gran e imponente residencia para un conde vanidoso, una prisión, un tribunal, una fábrica de algodón del siglo XIX y, ahora, un museo. Cuando funcionaba como tribunal, a menudo, los prisioneros eran brutalmente torturados en los calabozos debajo del castillo. Como evidencia, los instrumentos de tortura permanecen en las instalaciones hasta la fecha.

 

 

La ciudadela de Carcasona, Francia

La increíblemente vasta ciudadela de Carcasona, también conocida como la Cité, no fue tan solo una residencia para la clase gobernante, sino que fue, además, toda una ciudad rodeada por tres kilómetros de murallas. Las fortificaciones preceden a los tiempos romanos y fueron una fortaleza militar hasta el siglo XVII. La Cité, la ciudad amurallada más grande de Europa, comprende 52 torres de defensa e, incluso, un castillo interno con sus propias fortificaciones y foso.

 

 

El Castillo Boldt, Estados Unidos

El Castillo Boldt, situado en una isla en el río St. Lawrence, se construyó como un monumento al amor entre el millonario hotelero George C. Boldt (dueño del hotel Waldorf Astoria en Nueva York) y su esposa, Louise. Trescientos carpinteros, mamposteros, artistas y otros trabajadores comenzaron a construir esta propiedad de lujo que ostenta 120 habitaciones con túneles, una torre del reloj de estilo medieval, cuidados jardines italianos e, incluso, un puente levadizo. Sin embargo, cuatro años después de que comenzara la construcción, la amada Louise de Boldt falleció de manera repentina, y el hotelero detuvo toda la construcción de inmediato, por lo que el castillo quedó a merced de las inclemencias del tiempo.

 

 

El Castillo de Dublín, Irlanda

El Castillo de Dublín funcionó de manera continua como un centro gubernamental, así como la residencia del virrey de Irlanda, desde 1204 hasta 1922; además, a menudo, allí se alojaban exorbitantes visitas estatales, y se ofrecían bailes y banquetes. En sus últimos años, el castillo, en alguna oportunidad una fortaleza medieval, recibió a visitas tales como la reina Victoria, Charles Dickens y Benjamin Franklin. En la actualidad, funciona como un complejo gubernamental.

 

 

El Castillo Hearst, Estados Unidos

El Castillo Hearst no fue construido por un monarca reinante, sino por William Randolph Hearst, un titán de los medios (e inspiración para la película Ciudadano Kane de Orson Welles) en una tierra adquirida por su padre, el buscador de oro en tierra devenido en senador, George Hearst, en 1865. Este palacio de recreo realmente opulento consta de 165 habitaciones y más de 40 hectáreas de exuberantes jardines, piscinas centelleantes y pasillos con estilo romano. En su apogeo, esta propiedad contó con la visita de algunos de los políticos más importantes del mundo y de íconos de Hollywood como Barbara Stanwyck, Harold Lloyd, Louis B. Mayer y Winston Churchill.

 

 

El Dar al-Hajar, Yemen

El Dar al-Hajar, una construcción relativamente nueva para los estándares de un castillo, fue construido en 1930 por un líder espiritual islámico como una vivienda de verano. El castillo es una maravilla para contemplar. Este, construido en la cima de una roca natural por encima del fondo del valle en Shibam, Yemen, solo se usó como residencia hasta 1948, cuando el dueño del castillo fue asesinado. Posteriormente, lo transformaron en un museo.

 

 

El Castillo de Dunluce, Irlanda del Norte

Cualquier verdadero fanático de Juego de tronos reconocerá el Castillo de Dunluce, situado en el extremo norte de Irlanda del Norte, como la Casa Greyjoy. Si bien fue restaurado digitalmente en la etapa de posproducción para la serie, las ruinas del castillo real se remontan al período medieval. Fue abandonado en 1636 por sus residentes, el 2.º Conde de Antrim y su esposa, luego de que la cocina original del castillo, junto con el personal de esta, se hundiera bajo el mar. A pesar de sus evidentes problemas de seguridad, el Castillo de Dunluce aún ostenta un aspecto imponente desde lo alto de un acantilado con vistas hacia el océano Atlántico.

 

 

El Castillo de Ussé, Francia

El Castillo de Ussé, un encantador palacio rural situado en el Valle del Loira, en Francia, fue construido en la última mitad del siglo XV. Según se dice, su exterior de blancos ladrillos, y sus elevadas y angostas torres color gris azulado, sirvieron a modo de inspiración para la historia de Charles Perreault de la Bella Durmiente, así como para el castillo de Cenicienta en Disney World.

 

 

El Castillo de Bannerman, Estados Unidos

El Castillo de Bannerman, situado en una isla en el río Hudson, fue el sueño de Francis Bannerman VI, un comerciante de armas escocés-estadounidense con grandes ambiciones para almacenar sus municiones. Comenzó a construir su castillo en 1900, al que le añadió torres medievales, basándose en la arquitectura musulmana, escocesa y belga, y lo equipó con cañones y artillería. Poco después de que Bannerman falleciera en 1918, la casa de pólvora de la isla explotó, y el castillo permaneció abandonado hasta 1992, cuando un grupo de voluntarios comenzó a limpiar la isla, planificar visitas en grupo y organizar eventos públicos.

 

 

El Kremlin, Rusia

El Kremlin, un ícono de Rusia, fue construido en 1156 y se utilizó como una residencia real oficial hasta el reinado de Pedro el Grande. Este descomunal complejo, que, como es bien sabido, funciona como la sede actual del gobierno ruso y comprende la increíble cantidad de 27,7 hectáreas a lo largo de la costa del río Moscova, sobrevivió a la sangrienta insurrección bolchevique y al período soviético. El Kremlin ha sido la residencia del presidente de Rusia desde 1991.

 

 

La Fortaleza de Hohensalzburg, Austria

La Fortaleza de Hohensalzburg, en Viena, es uno de los castillos mejor preservados de Europa del siglo XI, probablemente debido a que nunca ha enfrentado asedios, fuego de artillería ni ataques de ninguna índole. El castillo, con vistas hacia la pintoresca ciudad natal de Mozart, Salzburgo, fue finalizado en 1500 y, desde entonces, no ha sido modificado. Este fue el hogar de generaciones de arzobispos de Salzburgo antes de que, con el tiempo, se convirtiera en una atracción turística.

 

 

El Castillo de Malbork, Polonia

Según se dice, este castillo de ladrillos rojos en lo que ahora se conoce como Malbork, Polonia, construido por los Caballeros Teutónicos a fines del siglo XIII, es el edifico de ladrillos más grande del mundo, ya que comprende aproximadamente 21 hectáreas de tierra. Este castillo, antigua vivienda del Gran Maestre y de unos 3000 caballeros, exhibe 3 secciones diferentes conectadas por fosos secos y torres. La propiedad fue abandonada por la orden en 1456, y la Segunda Guerra Mundial destruyó más de la mitad de esta. Su restauración ha sido continua desde 1962.