EN ESO DE LAS TABLAS estadísticas, que a muchos les interesa destacar porque se consideran buenas herramientas para saber cómo vamos realmente en algunas cosas, bien sea para echarle porras a un gobernante o para descalificarlo, según el lugar en que el lugar, personaje o lo que sea, aparezca en la tabla; un apreciado amigo nos mandó una gráfica, en la que aparecen los estados, y nos dijo con cierta actitud, “mira, por primera vez no me da vergüenza que estemos en el último lugar”. La vimos con atención y no nos quedó más remedio que sumarnos a su apreciación. Se trata de la gráfica de la tasa de incidencia de casos activos de Covid-19, por entidad de residencia, en el periodo del 9 al 22 de abril. Efectivamente ahí San Luis Potosí aparece al último. Da gusto saber que andamos bajos en esa incidencia pero no hay que confiarnos por eso. No vaya a ser que por andar de rebeldes ante el Quédate en Casa y la Sana Distancia, al rato aparezcamos a media tabla o más arriba.
AVANZAN LOS CONTAGIOS del Covid-19 y eso no hay que olvidarlo. Ya hay una persona más en el registro de defunciones del estado y los que saben de estas cosas dicen que en cualquier momento la pandemia se puede acelerar. Así que mejor no le jueguen al vivo creyendo que no les pasa nada, porque pueden terminar muertos. De poquito en poquito se llena el jarrito, dice la sabiduría popular, y el coronavirus, aunque parezca que es de uno en uno, ya se está extendiendo por todas las regiones del estado. Los casos en los municipios pueden multiplicarse en cualquier momento y entonces nos vamos a estar arrepintiendo de no haber hecho caso a las recomendaciones de aislamiento.
EL COVID-19 está provocando cambios, transformando muchas cosas y muchos tienen la certeza de que nada volverá a ser igual después de esta dura experiencia que está viviendo la humanidad. El ideal del tener tendrá que dejarse de lado, al menos aminorarse ese impulso, para que la búsqueda sea el realizarse, ser más que tener. Ya muchos se dieron que la riqueza, por mucha que sea, no puede evitar los efectos de una microgotita expelida por alguien al toser. Un virus vino a demostrar que ricos y pobres, débiles y poderosos, cualquiera que sea la condición del hombre, son igual de vulnerables ante las manifestaciones de la naturaleza. Sirva entonces esto para tener una visión menos egoísta en nuestro actuar personal y social.
“NO PARAREMOS, sino que evolucionaremos”. “No cambiaremos de rumbo, sino que adaptaremos los caminos”. Dice un mensaje difundido en redes sociales por el doctor Alejandro Zermeño Guerra. “Solicitaré al Honorable Consejo Directivo Universitario (HCDU) se autorice la implementación de tecnologías de la información”. “Abiertos a formas de trabajo Emergentes”. Son algunos de los textos que utiliza el rector electo, para anunciar que pedirá la autorización del Consejo Directivo para llevar a cabo las sesiones sin violar las disposiciones de la contingencia. Sobre todo porque hay muchas cosas que resolver de manera ineludible. Por ejemplo, la recalendarización del semestre, así como del proceso de admisión 2020-2021, como en el mismo mensaje señala, Zermeño Guerra. Bien, muy bien, que sea la UASLP, la que marque pauta en la adecuación de los métodos tradicionales de deliberación y decisión colegiada. En condiciones muy diferentes a sus antecesores asumirá sus funciones el nuevo rector, pero ya está dando muestras de que sabe cómo entrarle a la circunstancia actual y a donde dirigir los pasos para que el rumbo no se pierda, a pesar de lo accidentado que pueda tornarse el camino.
EN PLENA PANDEMIA, cuando los esfuerzos de la comunidad científica deben estar enfocados a la atención y búsqueda de soluciones, con rigor metodológico y sin controversias ideológicas de por medio, nos encontramos que en la conferencia de prensa, para dar a conocer la información oficial del tema, se presentó una gráfica, con información del CONACYT sobre la fabricación de ventiladores, en la que se incluye la frase “ciencia neoliberal”, de pasada se dan algunas explicaciones de las culpas que tienen los científicos de antes, neoliberales, y los de ahora. Nomás faltó que declararan al Covid-19 adversario de la 4T o fifí conservador. Y nosotros que creíamos que las discrepancias decimonónicas sobre la orientación doctrinaria de la ciencia se habían agotado, aunque tardíamente, en 1933, en la gran controversia que sostuvieron Antonio Caso y Vicente Lombardo, en el primer Congreso de Universitarios Mexicanos. Vicente Lombardo, presentó una ponencia en la que exigía que la UNAM y todos los institutos universitarios del país, tuvieran una posición ideológica y fuera el materialismo histórico la orientación de las tareas docentes, científicas y culturales.
Antonio Caso, se constituyó en el principal opositor y defendió la libertad de cátedra, sin injerencias políticas o de cualquier tipo, “Si la esencia de la universidad es la investigación, ¿cómo es que podremos declarar a priori un credo?”. Si el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, desde su fundación en 1970, tiene la obligación de articular las políticas públicas encaminadas a “promover el desarrollo de la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la innovación a fin de impulsar la modernización tecnológica del país”, cómo podemos hablar de ciencia neoliberal o de otra filiación, cuando la investigación requiere de libertad y apertura mental para explorar sin prejuicios todas las posibilidades del objeto de estudio. Caso se opuso rotundamente a que se hiciera obligada la orientación socialista “porque las teorías son transitorias por su esencia, y el bien de los hombres es un valor eterno que comunidades e individuos necesitan tender a corregir, por cuantos medios racionales se hallen a su alcance. Es decir, yo pienso que si esta casa de estudios cierra sus oídos, su corazón y la inteligencia al bien de todos, esta casa de estudios se volverá una momia”. El mismo argumento puede aplicarse a un gobierno, si se ancla a dos o tres ideas, si en lugar de la apertura al análisis de la realidad se cierra en posturas doctrinarias, por no decir dogmáticas, se anquilosa, se hace momia. NOSOTROS DECIMOS:
Pues la conclusión se encomia,
Más surge otro debate eterno,
¿Hay gobiernos que se hacen momia?
¿O momias que se hacen gobierno?
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