El Gobierno de Bangladesh informó este jueves de que no aceptará la entrada de más rohinyás en el país, después de que organizaciones humanitarias reportaran que dos embarcaciones con unos 500 miembros de esta minoría en la Bahía de Bengala están tratando de alcanzar la costa bangladesí.
"Hemos decidido que no permitiremos ningún nuevo rohinyá. Esto es para épocas normales, pero especialmente ante la situación del COVID-19. No queremos aceptar a nadie en las áreas que queremos proteger", afirmó a Efe el ministro de Exteriores de Bangladesh, A.K. Abdul Momen, en un país con más de 4.000 casos y 120 muertos por coronavirus.
El Gobierno bangladesí tomó la decisión después de que la organización de derechos humanos Amnistía Internacional (AI) informara de que dos barcos pesqueros que transportan a unos 500 rohinyás, incluidos niños, aguardan en la Bahía de Bengala después de que se les impidiera la entrada en Malasia.
Momen reconoció que le habían informado de la situación de las dos embarcaciones, pero subrayó que su prioridad es proteger los campamentos de refugiados rohinyás en el sureste de Bangladesh, a donde huyeron en 2017 al menos 738.000 miembros de esta minoría tras un estallido de violencia en la vecina Birmania (Myanmar).
"Es una zona que está abarrotada. Si una persona infectada llega, lo estropeará todo", dijo.
El ministro se refirió también a los disturbios en curso en el estado birmano de Rakhine entre grupos rebeldes y el Ejército como una razón más para controlar la entrada de rohinyás.
"Es una zona de guerra (...) Tenemos información de que el Gobierno birmano usó artillería y bombardeos", señaló.
La ola de persecución, violaciones y asesinatos perpetrada por el Ejército birmano contra los rohinyás en 2017 fue descrita ya por la ONU como un ejemplo de limpieza étnica.
Moman criticó la posición de la Unión Europea y Gran Bretaña, que continúan prestando apoyo financiero a Birmania pese a las continuadas denuncias de abusos del Ejército birmano contra las minorías y no presionan para resolver la situación.
"Líderes mundiales, la ONU debería cuidarlos, y acoger a estos rohinyás. ¿Cuántos más aceptaremos? Muchos líderes dicen mucho, pero a pesar de que disponen de tierras no aceptan a los rohinyás, solo los envían aquí", remarcó.
PREOCUPACION DE LA ONU
La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) expresó su preocupación por los rohinyás e instó a una mayor coordinación e intercambio de responsabilidades por parte de los estados para abordar los movimientos marítimos de refugiados y solicitantes de asilo en la Bahía de Bengala y el mar de Andamán.
"En el contexto de la actual crisis COVID-19, todos los estados deben administrar sus fronteras como mejor les parezca. Pero tales medidas no deberían dar como resultado el cierre de vías de asilo ni obligar al regreso a situaciones de peligro", dijo en un comunicado Indrika Ratwatte, directora de la Oficina Regional de ACNUR.
El pasado 16 de abril, las autoridades de Bangladesh rescataron a 396 rohinyás que intentaban ingresar al país en un bote después de 58 días en el mar. La mayoría habían abandonado los campos de refugiados en Bangladesh para tratar de llegar a Malasia, pero se les impidió entrar en el país, por lo que decidieron regresar.
Al menos 28 personas murieron por falta de alimentos y agua mientras estaban en el mar.
