Pedro Cervantes Roque | 17/04/2020 | 16:55
SE PREGUNTARÁ USTED SI AHORA que las calles del primer cuadro citadino lucen con una reducción notable de viandantes y que nuestras avenidas y vías rápidas tienen una visible disminución de vehículos en circulación, por qué las autoridades municipales no disponen el arreglo que haya necesidad de hacer para su mejor funcionamiento vial cuando todo esto de la pandemia del coronavirus haya pasado. La cuestión tiene respuestas automáticas, porque todos debemos estar enclaustrados, sin excepciones.
LAS AUTORIDADES SANITARIAS DEL país revelaron esta mañana que solamente los municipios que no han registrado casos de pacientes aquejados por el mal provocado por el virus podrán levantar el confinamiento y comenzar paulatinamente sus actividades cotidianas al mediar el mes de mayo. El resto, incluidos los grandes centros poblacionales cuyo contagio es notablemente superior al resto de la república, podrán ir paulatinamente retornando a la normalidad a partir del 30 de mayo.
HAY CONSIDERACIONES QUE NOS ponen en el dilema de cómo podría ser un proceso de regreso a la normalidad si quienes estamos en la línea de riesgos podemos incorporarnos a la vida cotidiana sin tomar medidas excepcionales, o cuáles van a ser las recomendaciones que recibirán los centros de trabajo en los que la cercanía entre sus trabajadores es una característica obligada por su sistema de producción.
EL TEMA DEL ENCIERRO PRODUCE algunos problemas adicionales. Que si el hacinamiento en muchos casos es causa de violencia. Que si las mujeres son víctimas de violencia intrafamiliar, o si los pequeños están intranquilos por no salir de sus viviendas. Es complejo el asunto y si todavía agrega lo que nos espera al paquete de estimaciones y medidas que se tomen en el caso de que se levante el confinamiento paulatinamente, pues tiene uno más ocupación mental que lo que se supone debe pasar en condiciones de encierro.
NO OBSTANTE, LOS HABITANTES de nuestras ciudades que todavía deben salir a trabajar, a realizar actividades esenciales, que se exponen con mucho riesgo al contagio del coronavirus, saben perfectamente que el respeto de las normas sanitarias hace y hará la diferencia a la hora de los recuentos.
POR EJEMPLO, NADIE TIENE UNA idea precisa de cuáles son las actividades esenciales. Digamos que el encierro nos coloca en la sorpresa de descubrir cuáles y cuántos de los objetos de uso diario en un domicilio cualquiera, promedio, han sufrido deterioros al correr del tiempo y que deben ser restaurados. Su arreglo es una actividad esencial para cualquiera que lo necesite, pero resulta que los trabajadores que se encargan de una reparación de ese tipo no están trabajando normalmente. Y los que lo hacen, al ver reducida la demanda, elevan los precios y vuelvo al inicio de por qué no podemos hacer reparaciones que luego sugieren los amantes de las redes sociales, como una ocupación alternativa de distracción para superar el efecto del encierro.
UNA ACTIVIDAD REALMENTE esencial es adquirir alimentos, prepararlos, consumirlos. Esa cadena de acciones tiene también sus distintos enfoques. De pronto han aparecido en las redes las sugerencias para la compra de diversos alimentos preparados. Idea buena para quien enfrenta la crisis sanitaria con el agravado de la crisis económica. Sin embargo, no todos los encerrados tienen suficiente recurso para comprar alimentos preparados y pagar su costo más el correspondiente a la entrega. Supermercados y tiendas de conveniencia deben seguir funcionando mientras dure la etapa 2 de la contingencia. Pero una vez declarada la fase 3, que el gobierno federal estima que es inminente, tal vez deban cerrar todos los negocios y el problema de salud se convierte en un problema económico para todos.
EN FIN, ESTAS SON UNAS POCAS de las reflexiones que he escuchado, leído, o visto. Que me entero en las redes o en los noticiarios. Y es cuando me pongo a pensar si los trabajadores de los medios de información tienen ya su propia estrategia para testimoniar todo un proceso complejo que hoy me tiene tecleando sin razón. Lo admito. Gracias.
pedrocervantesroque@yahoo.com.