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EL QUE NO CONOCE A DIOS, a cualquier santo le reza, dice el conocido refrán en su, digamos, versión más leve, en otras sentencia que a cualquier barbón o a cualquier monigote se le hinca. Tal dicho bien pudiera aplicarse al sacerdote, Alejandro Solalinde Guerra, que después de haberse ganado prestigio de defensor de buenas causas y de critico valeroso del actuar gubernamental, ahora nos sale con que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, es un santo. Un hombre honestó y santo, dijo en entrevista con Fernando del Collado, y especificó que lo santificó su acción. Nadie ama más a sus amigos que el que da la vida por ellos, y aseguró que él lo hace. Es un pastor laico que siempre está con su pueblo. AMLO no es dios, pero es uno de los mejores representantes de él. Son algunas de las frases que expresó el religioso activista y por el tono puede ser que ya esté pensando en la nueva campaña de su ídolo –aquí está bien aplicado el término-, como en México no hay reelección aún para el presidente, puede que ya está pensando en lanzarlo para el papado. Lo ha de estar asesorando además para eso, porque ante las críticas por su aseveraciones contestó en sus redes sociales: “A los invidentes y anclados en ideas fijas antiguas, a los que tanto me han criticado por haber dicho que nuestro Presidente es santo, les recomiendo que vean la mañanera de hoy, martes santo ¡qué lección de coherencia evangélica! Jesús amó a todos, pero priorizó a los últimos”. Y si, en esa mañanera, López Obrador, citó una frase del papa Francisco para justificar su plan de reactivación económica que ignora las peticiones del sector empresarial: “Seremos juzgados según nuestra relación con los pobres. Cuando Jesús dice: a los pobres los tendréis vosotros, Jesús dice: yo estaré presente en ellos”. Este es el centro del evangelio y seremos juzgados por esto, comentó el presidente pastor. Entonces, agregó, “no es que se abandone a los que tienen más posibilidades económicas, es que tenemos que dar preferencia a los pobres”. También dio una explicación sobre el laicismo y el respeto a todas las religiones, incluido el ateísmo, peo no dejó de aprovechar la temporada para el clientelismo político y para justificar sus decisiones de gobierno.
SERÁ QUE EL DIABLO anda suelto, pero ese tipo de expresiones de dar preferencia a los pobres, provienen quienes manejan mucho dinero pues casi nadie puede darse el lujo de pasar 18 años en campaña y un sacerdote, como Solalinde, que promueve una organización que ofrece apoyos para proyectos productivos y unas tarjetas que colman de apoyos a sus seguidores, seguramente no ha de estar entre los que carecen de recursos y no ha de vivir del puro “Dios proveerá”. En estos tiempos difíciles, en el gobierno se necesitan estadistas que sepan tomar decisiones y organizar a la gente para superar la crisis, que los santos se queden en los altares y que los religiosos se dediquen a la guía espiritual de su feligresía. Que no se confundan discursos con sermones. Dicho de otro modo, a Dios lo que es Dios y al César lo que es del César. Pero si se va a insistir en llevar la religiosidad a las esferas de gobierno, dicen que al rato, los empresarios en dificultades, cuando les llegue el SAT con alguna auditoria, les van a presentar un “Detente”, y si a pesar de eso les llega una notificación, van a contestar llenando religiosamente su declaración con un escueto: Dios se los pague.
LA RECONVERSIÓN HOSPITALARIA anunciada por el gobierno del estado, en coordinación con la federación, y en la que participan las autoridades municipales, deja en claro que se está tomando en serio la pandemia y los efectos que puede causar entre los potosinos. La coordinación interinstitucional es básica para mantener la atención médica que se da a la población en condiciones normales, separando de algún modo, la que se debe brindar en los casos del coronavirus. Unidades deportivas, auditorios, instalaciones de ferias, todo lo que esté disponible y se requiera será habilitado. El arzobispo, Carlos Cabrero, dice que la Iglesia está dispuesta a facilitar sus templos, si se necesitan. Seguramente habrá otras instituciones dispuestas a colaborar, lo cual es bueno porque lo que se avecina no es cualquier cosa y debemos sumar todas las fuerzas para amortiguar las consecuencias. La reconversión hospitalaria debe ser complementada por una reconversión social, en la que todos entendamos que no se trata de un juego ni de andar con irresponsabilidades.
El problema es serio y los que minimizan las cifras deben tomar en cuenta algo. Los números que se manejan, de casos sospechosos y comprobados, son ciertos, pero sólo se refieren a los detectados, a los descubiertos por la vigilancia epidemiológica. Hay otros, que no aparecen, pero no es porque se oculten, sino porque no han aparecido aún. Hugo López Gatell, señaló que por cada caso detectado puede haber, según modelos matemáticos, entre 8 y 9, que no han aparecido. Esas, según algunos científicos, son las proyecciones más bajas, porque hay ocasiones en que los asintomáticos o no detectados pueden ser de varias decenas. Bien, en el porcentaje digamos optimista, si en San Luis Tenemos 44 casos comprobados, hay que multiplicarlos por 8 o 9, y ya tendríamos entre 350 y 400. Igual operación hay que hacer con los sospechosos. Ya es hora entonces de que nos caiga el 20, para que no caigamos por el 19, por el COVID-19, en algún crematorio, porque ni entierros se van a autorizar al rato para evitar más contagios.
LO MALO ES QUE HAY muchos que ven la tempestad y no se hincan, hay políticos paseándose por todos lados, dizque llevando apoyos a la gente, buscando capitalizar electoralmente la situación. Otros, como los diputados locales y federales del MORENA, se hacen presentes pero sólo para exhortar al gobernador, Juan Manuel Carreras, a fortalecer los apoyos a la micro, pequeña y mediana empresa, así como los destinados a los grupos vulnerables, y que se vigile lo que se dé, para que no se aproveche con fines partidistas electorales. Marite Hernández, Consuelo Carmona, Angélica Mendoza, Alejandra Valdés, Rosa Zúñiga y Edson Quintanar, de la legislatura local, así como, María Luisa Veloz, Lidia Nallely Vargas, Cuauhtli Badillo Moreno y Ricardo del Sol, de la federal, suscribieron el valiente pronunciamiento. Ahora se espera que algo igual, o más enérgico, le hagan llegar al presidente de la república, para que no maneje a la buena de Dios los apoyos de la contingencia, bueno, que al menos dé algunos para que la economía no se caiga. NOSOTROS DECIMOS:
Queda muy claro el detalle,
Se percibe en lo que pasa,
Que son candil de la calle
¡Y oscuridad de su casa!
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