Jueves 28 de Marzo de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.
Ecuador, país de las calles de muertos.
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Ecuador, país de las calles de muertos.

Plano Informativo | 03/04/2020 | 18:04

Guayaquil es la segunda ciudad en importancia de Ecuador, el principal puerto del país y su músculo comercial. En el cantón Samborondón, con una población de 102 mil personas y separado de Guayaquil por un puente, concentra 173 casos confirmados de coronavirus, lo que lo convierte en la localidad con más contagios por número de habitantes. Es allí donde viven los más acaudalados, que decidieron mudarse del otro lado del río en casas rodeadas de palmeras y lagunas.

El 16 de marzo, el equipo del presidente ecuatoriano Lenin Moreno creyó que estaban a tiempo de frenar un virus ingenuo que no podría generar caos, pero se confiaron teniendo en las manos 58 casos positivos de Covid-19.

La primera de las víctimas mortales en Ecuador era la paciente cero. Una migrante de 71 años que había retornado de España el 14 de febrero, confirmada como COVID19 positiva el 29 de febrero luchó por su vida durante dos semanas en la UCI del Hospital del Guasmo de Guayaquil. Un mes de calvario para ella y su familia, que fue estigmatizada en redes sociales por cientos de personas que compartieron sus datos personales, fotos, videos y hasta la historia clínica y radiografías. La segunda era su hermana. Falleció al día siguiente, 14 de marzo. Los ecuatorianos pensaron que estarían a salvo. Sin duda, fue un error comparar con España.

Una situación de colapso en la gestión de los restos de personas que por decenas comenzaron a morir súbitamente en sus casas desde mediados de la semana anterior.  Un síntoma más de la incapacidad de las autoridades y de un sistema de salud al que se le salió de las manos esta crisis. Para el martes 31 de marzo eran 450 los cuerpos que aguardaban a ser recogidos por el departamento de Medicina Legal de la Policía.

En medio de la emergencia, funcionarios gubernamentales y municipales barajaron la posibilidad de abrir una fosa común, una idea que causó desazón y fue posteriormente descartada por el Presidente, quien ofreció entierros dignos y unipersonales.

Y si pensaron que no podía ser peor, están aquellos que ni siquiera pueden despedir de sus seres queridos, porque inexplicablemente se perdieron sus restos. Como le pasa a la familia de cirujano pediátrico Rodolfo Vanegas, que se contagió de coronavirus en el hospital Teófilo Dávila de la ciudad de Machala y falleció el 28 de marzo. Ahora sus hijos no encuentran consuelo porque nadie les da razón de su cuerpo. Lastimosamente no es el único caso.

Pese a que Ecuador es el epicentro del virus a nivel regional con 3.163 casos confirmados hasta la mañana del jueves, apenas se han practicado 9019 pruebas. En el fronterizo Perú, se han realizado 16.518 que han arrojado 1.414 casos positivos y un poco más al sur, en Chile, ya son 40.735 pruebas que han confirmado 3.404 casos de coronavirus.

Mientras las muertes suben como espuma y las cifras despiertan perspicacia. Las estadísticas de muertos que daban cuenta de 34, 41, 48 y 58 fallecidos los días 26, 27, 28 y 29 de marzo respectivamente, comenzaron a sonar irrisorias para el drama que se vivía en el Puerto Principal del país. Tanto que al día siguiente, el 30 de marzo, en un intento solapado de hacer las cifras más reales, el gobierno introdujo con letra chiquita, en una esquina de su boletín situacional, la variable de “fallecidos probables por COVID19” que hasta el último corte suma 78 personas y más los 120 decesos confirmados por el virus dan el total oficial de 198. Aún así, las cifras “se quedan cortas” como reconoció el presidente Moreno.

Es que lo peor aún no llega y solo en Guayas, el foco de contagios, las autoridades ya calculan 3.500 muertes por la pandemia. Por lo que pasa en Guayaquil y Ecuador sí podría ser un espejo para otros países de la región que quizás, también de forma equivocada, se estaban comparando con España e Italia, donde a pesar del colapso, la gente ha tenido acceso a servicios hospitalarios.